Cerramos nuestras paritarias con aumentos de 40%

Ricardo Vernazza, secretario general del SAdeM

Cerramos nuestras paritarias con aumentos de 40%

El SAdeM terminó recientemente las negociaciones paritarias con las diferentes
cámaras empresariales. El compañero Ricardo Vernazza hace para LA NOTA un
breve balance de los acuerdos alcanzados, en un contexto muy difícil no sólo para los
músicos sino para todos los trabajadores y para el país en su conjunto.

Cuando arrancamos las negociaciones en diciembre de 2019 veníamos con las
paritarias atrasadas; el año pasado fue muy difícil, tuvimos conflictos en distintos
sectores, y las negociaciones se retrasaron, por ejemplo en Televisión estuvimos
parando en muchos canales junto a los otros sindicatos; lo mismo pasó en el sector de
Hoteles, Restaurantes y Confiterías.
Por otra parte las discusiones se iniciaban con un gobierno que cambiaba, y con una
incertidumbre total acerca de qué posición iba a tomar sobre el tema salarios el nuevo
gobierno. En noviembre ya se conocía información de que los aumentos en realidad
iban a ser sumas fijas… Eso a nosotros nos comprometía bastante en la cuestión
salarial, porque en líneas generales los salarios de los músicos, en el contexto general
de los trabajadores en la Argentina, son relativamente altos. En Teatros por ejemplo
tenemos un salario promedio de $ 30.000, con una jornada reducida, lo que significa
que para el Ministerio de Trabajo es un salario de $ 60.000. Por lo tanto, cuando se
piensa cuáles son salarios altos o bajos, quedamos en la franja "superior", y la suma
fija significaría achatar la pirámide salarial: en ese promedio, una suma fija de 3.000-
4.000 pesos no llega a ser el 10%…
En ese contexto convocamos a los compañeros. Nosotros, habitualmente, hacemos
las negociaciones convocando previamente a los compañeros de los distintos sectores
y haciendo reuniones sectoriales en las que se elaboran las propuestas y
contrapropuestas. Finalmente, en las tres paritarias que cerramos en diciembre el 90
por ciento de la actividad musical de este sindicato: Hoteles, Pubs, Restaurantes,
Confiterías, o sea todo lo que es locales nocturnos, más Televisión, Teatros y
Estadios, en los tres convenios llegamos a aumentos del 40%; y todos ellos en
cuotas que no exceden el semestre, es decir en tres partes bimestrales, y dentro de
los primeros seis meses ya está integrado el salario completo.
Esto fue muy importante, especialmente teniendo en cuenta cómo están terminando
sus discusiones los demás sindicatos, donde se habla de sumas fijas y de porcentajes
mucho menores que los que logramos nosotros.

Salario y puestos de trabajo

En los años difíciles, cuando hay poco trabajo como fue en los últimos años,
siempre la masa de trabajadores está tentada de decirnos que aseguremos los
puestos de trabajo; pero a la vez sabemos que después, cuando se recuperan los
puestos de trabajo, arrancamos con salarios muy abajo. Ya tuvimos la experiencia de
la década del '90, que salíamos con sueldos miserables. Cuando el gobierno de
Néstor Kirchner decidió en el 2005 aumentar los salarios en una suma fija de $300, el
salario de los músicos de Teatros era $610, de modo que el aumento le significaba un
50%. Pero hoy los $4.000 significan un porcentaje mucho menor…
Nosotros esto lo hablamos con las cámaras claramente, y nos ha ido bien. Cada uno
de los convenios incluye el compromiso de mantener el nivel de puestos de trabajo
que teníamos el año anterior. Y también incluyen cláusulas de revisión a los seis
meses, ya que si bien hoy estamos un poco más tranquilos porque la inflación parece
haberse desacelerado, la verdad es que la inflación sigue siendo una gran preocupación.
Nosotros hicimos un trabajo minucioso para calcular cómo salíamos de estos cuatro
años de Macri comparando las paritarias con la inflación entre el 1º de enero de 2016
al 31 de diciembre de 2019; y resultó que, sin contar estos aumentos de ahora
porque algunos son a partir de marzo hasta febrero, todas nuestras paritarias están
un poco por encima del nivel de inflación general (aunque todos sabemos que la
"inflación-supermercado" siempre es mayor que la oficial, y de hecho consideramos un
gran logro haber conseguido un aumento del 40% pero el año pasado la inflación fue
un 53%…).

Condiciones de trabajo

Nuestras paritarias en los últimos años abordaron exclusivamente el tema salarial,
salvo casos especiales propuestos por las comisiones salariales que se reúnen
anualmente y solicitan modificaciones del convenio. El años pasado las cámaras de
Televisión y Teatro pidieron abrir el tema condiciones pero, como ya sabemos, en los
años de crisis, cuando se abren los convenios es para perder, no para ganar; por lo
tanto preferimos discutir sólo salarios. La de Teatro, por ejemplo, quería quitar los
adicionales salariales; la de Televisión planteaba discutir de nuevo el convenio
completo. Por eso el año pasado preferimos mantener cerrada la paritaria de
condiciones y discutir salario.
También es importante que los compañeros sepan que, en el caso de quienes, por su
forma de trabajo, hayan cobrado las sumas fijas que dio el gobierno, nosotros estamos
discutiendo empresa por empresa para ver la posibilidad de que esas sumas no sean
descontadas, ya que eran a cuenta de las paritarias. Pero en fin, esto dependerá de la
situación de cada empresa.

“Seguir consolidando el SAdeM federal”

Ariel Trucchi, delegado de Córdoba, secretario de Prensa del SAdeM nacional, y flamante secretario de Turismo de la CGT Regional Córdoba

“Seguir consolidando el SAdeM federal”

Es un orgullo para nosotros, los compañeros del SAdeM, tener una representación y la dirección de una secretaría en una CGT tan histórica como la de Tosco, Atilio López, Elpidio Torres, que hoy conduce el Secretario General del SEP, Emilio “Pepe” Pihen…

Yo asumí como delegado del SAdeM de Córdoba en la Asamblea que se hizo en Carlos Paz en 2014. Pudimos llevar la oficina del Sindicato y de la OsdeM a pleno centro de Córdoba; teníamos también nuestras salas de ensayo con las que se le daba ese servicio a los afiliados. El triunfo del macrismo en el 2015 empezó a mostrar un panorama complicado. A partir de ahí, nuestro trabajo sindical se centró en hacer conocer a los compañeros que había un sindicato, y que tenían una obra social. Al existir un sindicato provincial, nosotros no teníamos la representación gremial en la provincia. Por lo tanto nosotros teníamos que construir desde el afiliado y darle servicios, no podíamos atribuirnos la representación colectiva de los músicos de Córdoba.
Con el transcurrir del gobierno de Macri se empezó a sentir la falta de liquidez del mercado interno, y con ella la merma del mercado cultural. Eso se notó en todos los aspectos de la cultura, no sólo en los músicos. Nosotros participamos activamente en la COSITMECOS (Confederación de Sindicatos de Trabajadores de los Medios de Comunicación Social) donde hay otros gremios como Espectáculos, Actores, Prensa, Publicidad, Locutores, Cine, y allí pudimos ver la realidad muy dura de los distintos sectores. En el caso nuestro eso se reflejó en el achicamiento de nuestro proyecto: nosotros teníamos una oficina en pleno centro con atención al público, y tuvimos que reducirlo en forma importante. Esta situación no fue momentánea, nunca se estabilizó, fue cayendo sin cesar a lo largo de estos cuatro años.
Ahora hay un cambio, una nueva reaidad. A partir de este nuevo gobierno, se ve en la calle, se lo ve entre los mismos compañeros que estamos en esta asamblea, que muchos no tienen una sintonía partidaria con el nuevo gobierno pero sí se nota una esperanza, de un cambio de dirección en el que se sientan representados los sectores más vulnerables.

Creo que en este período hicimos un trabajo bastante eficiente, de resistencia, de no perder derechos. y fue muy difícil no retroceder. había que contener a las distintas delegaciones del país. Y lo que nos llevó en la elección anterior a sumar a muchos compañeros de todo el país, fue justamente la visión de un sindicato federal. El SAdeM federal no era una consigna, sino la visión de una construcción política que comprendiera a todos los compañeros de
las distintas delegaciones, hubo que ponerle el hombro a muchos compañeros que se caían por todos lados, por la desocupación, por la condición de la mayoría que no viven de la música sino que tienen un doble trabajo. Resistir eso fue muy duro.
La tarea que tenemos ahora es seguir consolidando las delegaciones, no sólo con presencia sino llenarlas de contenido, con un contenido de formación sindical. no basta tener más delegaciones que digan “Somos el SAdeM”. ¿Por qué somos el SAdeM? ¿Qué queremos hacer con el SAdeM? No sólo para sumar más músicos, se trata de luchar por los derechos de los trabajadores, y para eso de ir por leyes municipales, por leyes provinciales. Con este cambio de gobierno tenemos la oportunidad de avanzar en políticas de inclusión y de obtención de derechos, que fueron mermados no sólo por el último gobierno sino también por el anterior. Yo puedo comulgar tal vez más con el gobierno de Néstor y Cristina que con el gobierno de Macri, pero también soy consciente de que se derogaron leyes, de hecho no pudimos hacer aprobar la Ley del Músico.
Esos serán objetivos fundamentales, porque tener un Convenio Colectivo de Trabajo pero no tener un marco legal ni gobiernos provinciales que hagan cumplir la ley, hace esos logros muy débiles. Habrá que sentarse con los distintos actores, de la cultura, del gobierno, para que ese CCT tenga un marco legal que lo sustente, y que en la práctica haya las inspecciones necesarias para que los músicos empiecen a tener la retribución de lo que hacen.
Estamos cansados de ver cómo trabajan a la gorra (por más que haya espacios donde efectivamente se trabaja con esa modalidad), pero hay muchos lugares donde sigue siendo necesario pagar para tocar, y eso merece una respuesta. Nsotros luchamos para que eso se termine.

Necesitamos la representación gremial como la necesita cualquier trabajador de cualquier rama

Siguiendo con nuestras entrevistas a referentes de distintas delegaciones, entrevistamos a Gustavo Zurbano, junta promotora regional La Plata-Berisso-Ensenada

“Necesitamos la representación gremial como la necesita
cualquier trabajador de cualquier rama”

Nuestra experiencia arrancó hace unos dos años, pero tomó impulso a partir del 14 de mayo de este año 2019, con una asamblea de unos 100 compañeros, lo que nos permite
─por primera vez en nuestra historia como músicos platenses─ participar en estas asambleas generales ordinarias del SAdeM.
La razón por la que no existía el SAdeM en La Plata es porque allí existía una Asociación Profesional de Músicos pero que también tiene personería gremial desde hace 70 años, lo que nos impedía construir el SadeM, a la vez que nos encontrábamos huérfanos de representación gremial, ya que en los hechos hace mucho tiempo que la Asociación dejó de ser una representación sindical.
La iniciativa del SAdeM nacional de constituir la regional La Plata es una decisión importante: se trata de una zona en la que tenemos muchísimos compañeros músicos sin
representación, por lo que en la situación laboral tan depreciada que existe hoy tampoco tenemos una herramienta para la defensa de nuestros derechos.
Necesitamos la representación gremial como la necesita cualquier trabajador de cualquier rama o rubro que produzca ganancias. La producción de renta por las industrias
musicales es muy importante: casi un 3% es casi la mitad de lo que se invierte en educación; por eso decimos con orgullo que parte de nuestro trabajo posibilita que
nuestro país tenga educación pública, laica y gratuita.
La situación que se abre con el cambio de gobierno sin duda mejora las condiciones para avanzar. Las condiciones laborales se han ido deteriorando en este último período, y nos encontramos con situaciones como la de los compañeros del Teatro Argentino, que están en medio de un gran conflicto, y que a la hora de definir paritarias tienen dificultad para decidir quién se va a sentar en esas negociaciones para defender sus derechos.
Existen muchos otros ejemplos. Y la orfandad no es sólo a la hora de defender nuestro salario, sino que nos impide tener la posibilidad de ir con nuestra compañera a un obstetra, o con nuestro hijo a un oculista…
De acuerdo a la legislación argentina, nosotros estamos obligados a cotejar con el otro gremio, ya que no pueden coexistir dos de la misma rama en la misma región. Nuestra mesa promotora está en un proceso de consolidación de una masa de afiliados para poder ir a ese cotejo y poder constituirnos en una verdadera regional del SAdeM, con listas que se sometan a una elección y se elija una dirección que asì represente efectivamente al conjunto de los músicos.

Tiene la palabra Tierra del Fuego

De punta a punta del país, iniciamos desde Jujuy, pasamos por Chubut, es el turno de nuestra regional Tierra del Fuego

Javier Piñal: “Caja del Salario, sede propia, soluciones habitacionales” principales objetivos para esta nueva etapa.

Allá en Tierra del Fuego, lo que venimos llevando adelante es la cuestión de la Caja del Salario. Aunque los eventos artísticos que se hacen en la provincia no son muchos, está bien activa. La Caja es lo que corresponde a los músicos sobre sus aportes sindicales y a la Obra Social. La Caja ─en este caso es municipal─ es donde el sindicato registra los aportes correspondientes a cada músico, y esa es la base del salario de las bandas de la provincia y de las que van a tocar, por ejemplo de Buenos Aires, a los festivales de allá.
Este año pasaron 943 músicos por el festival “La Noche más Larga”, que incluye siete noches con los distintos géneros: la del rock, la del folklore, tropical, tango, y demás. La idea del SAdeM es promover que en esos escenarios puedan trabajar músicos locales.
Eso es lo que coordinó el sindicato con el municipio de Ushuaia, para darles oportunidad a los músicos locales; por ejemplo se logró que en la noche del folklore, además del
Chaqueño Palavecino y Soledad tocaran 10 grupos de Tierra del Fuego, con los mismos elementos técnicos y trasmitido a todo el país. Nosotros estamos muy lejos de los centros,
y por eso es tan importante hacernos ver y escuchar.

Otro logro de este período es, en una ciudad donde ya no hay geográficamente lugar para nadie más, y ampliar el ejido urbano es carísimo (unos 150.000 dólares un terreno), haber conseguido de la intendencia que nos entreguen 22 soluciones habitacionales para los afiliados del gremio. La expectativa es llevar eso, el próximo año, a 40 soluciones para el SAdeM.
También logramos que, después de 35 años, y con una inversión de casi 3,5 millones de pesos, los compañeros de la Banda Municipal tengan su propio espacio físico para
ensayar. Hasta ahora siempre era prestado, y ahora tienen reci{en construida una sala exclusiva, acustizada, probada, medida, como tiene que ser.
Hace poquito, además, estuvimos inaugurando en Ushuaia la sede provincial del SAdeM y de la OSdeM. El año que viene tenemos la tarea de ponerla en funcionamiento, y de
traer más gente al sindicato, porque sabemos que los músicos no todos tienen rentabilidad o la posibilidad de ser estatales. Y darles, desde luego, la posibilidad de una
Obra Social firmando los convenios que necesitamos.

Entrevista a nuestro delegado en Chubut, Ignacio Stankewitsch

Siguiendo con las entrevistas a nuestros delegados en el marco de nuestra asamblea nacional, desde Jujuy hoy nos vamos a la provincia de Chubut.

“Esperamos pronto llevar a cabo la reglamentación de la ley provincial”

Este último período fue dificilísimo. En nuestra provincia vimos, como en todas, el cierre de muchas fuentes de trabajo para los músicos,ya que al bajar el consumo la gente deja de ir a los espectáculos, a los restaurantes, a los boliches donde tocan las bandas, el público que va consume menos… A nosotros eso nos golpeó muy fuerte. Y los pocos que pudieron seguir trabajando, lo hicieron a la baja porque ni siquiera se les podía pagar lo que correspondía. Y nosotros debimos frenar varios reclamos que queríamos llevar adelante porque, aunque eran justos, la realidad se nos imponía…
Así y todo, en este período seguimos impulsando la puesta en marcha de la reglamentación de la Ley del Músico de la Provincia de Chubut, que para nosotros significa la Caja del Salario, los aportes jubilatorios de obra social… Lamentablemente sufrimos una situación de crisis general: los propios empleados provinciales ─los de salud, educación, judiciales─ cobran su sueldo en forma escalonada, así que ¿qué quedaba para nosotros? El Estado nos ve casi como un “accesorio”… Y nosotros, por las características de nuestra actividad, estamos más dispersos que otros trabajadores, inclusive a veces somos competidores entre nosotros mismos, falta conciencia gremial…
Todos esos factores jugaron en contra. Ahora tenemos expectativas, con el cambio de gobierno nacional, de poder llevar a cabo la reglamentación de la ley provincial, que nos va a permitir recaudar lo que corresponde de los 67 festivales que se hacen por año en Chubut, que los compañeros cobren como mínimo lo que marcan los CCT, y que la Caja provincial pueda pagarlo, en la provincia no cambió el signo político del gobierno, pero hay un compromiso ─al menos en el gobierno nacional entrante─ de que, a diferencia del gobierno anterior, se le van a mandar a las provincias las partidas que les corresponde. La crisis de nuestra provincia se debe en gran parte a que el gobierno nacional ha retenido las coparticipaciones, que tienen que ver con la pesca, la minería, el petróleo, el aluminio en Puerto Madryn… Al cortarse las coparticipaciones, la caja provincial no puede pagar ni los sueldos de los empleados, los médicos, enfermeros… No queremos que continúe un sistema en el que los compañeros tienen que facturar, a veces incluso a través de la factura de un amigo, etc., y después cuando lo necesitan no se pueden jubilar, no tienen la cobertura de la obra social porque no están aportando, etc. Esta situación también desfinancia a la Obra Social y al Sindicato, ya que si no entra el dinero que tiene que entrar no podemos dar la cobertura que corresponde.

También estamos con la Ordenanza de Teloneros de Comodoro Rivadavia, que estuvo frenada todos estos años por el mismo problema: si el Estado no cuenta con la Caja para hacer los pagos, te frena la reglamentación. Aparte que contrata menos, y termina pagando por debajo de lo que dicen los convenios.
En Chubut los mùsicos y mùsicas reclaman que les demos las coberturas que tenemos que dar. Ahora nosotros estamos tratando, desde la Obra Social, de formalizar los convenios con los colegios médicos y con las cadenas de farmacias para tener esas coberturas. Eso en sí mismo va a hacer que muchos compañeros que estaban expectantes o descreídos se arrimen y se sumen, asì que creo que vuelve un período de crecimiento. Las conversaciones con los colegios médicos y las farmacias están muy avanzadas, así que creo que eso saldrá pronto, aunque algunos de esos acuerdos (por ejemplo con el colegio médico del sur de la provincia de Chubut) están pendientes de algunos cambios que sus directivos esperan en la política económica nacional. Cuando se aprueben, eso beneficiará no sólo a nuestros afiliados de la provincia, sino a los de todo el país, que muchas veces están de gira y necesitan una cobertura ante cualquier eventualidad.

Ignacio Stankewitsch, regional Chubut

Entrevistas a delegados en nuestra asamblea nacional, comenzamos con Jujuy

En el marco de nuestra asamblea nacional ordinaria y extraordinaria, aprovechamos la oportunidad de tener a todos nuestros para entrevistarlos y conocer las distintas realidad que se viven a lo largo y ancho de nuestro vasto país, comenzamos bien desde nuestro norte con el Cro. Apu Condori, delegado y referente del SADeM en Jujuy

Estos han sido años difíciles para todos los compañeros y compañeras. Pero en la nuestra que es una seccional joven, hemos estado en pie de lucha para conquistar nuevos derechos. Porque hemos estado muy postergados, y suele ser difícil porque el músico es muy individualista, cree que si le va mal es porque no es tan bueno…
Hemos empezado un trabajo de concientización en Jujuy, en Tilcara, en Humahuaca, en Purmamarca, es decir en lugares donde se trabaja mucho para el turismo, y en El Carmen, San Pedro, Perico, La Quiaca, Abrapampa. Hay muchos compañeros que tocan pasando la gorra, y nosotros les explicamos "No, no es así, porque vos no vas en el horario que vos querés sino en el que te dice el dueño del lugar que está llegando el contingente; el poncho, la guitarra, el charango, la quena, la zampoña, las ojotas, el sombrero: todo es nuestro, nada nos dan, y estás tocando para el turista… Y el repertorio tampoco: si te salís de “El cóndor pasa”, “El humahuaqueño” o “El quebradeño” y querés tocar otro tema, no te dejan… Lograr que el compañero entienda que eso es relación de dependencia es complicado.
Otro tema es el de las compañeras. Hay muchas compañeras músicas, pero cuando vienen los festivales no hay una sola mujer, todos grupos de changos… A veces esto genera discusiones en el propio sindicato, con compañeros que te dicen “no, loco, si sos bueno vas a llegar” y no es así, porque de hecho no hay las mismas posibilidades; y las chicas más jóvenes ni siquiera tienen referentes mujeres que las vean arriba del escenario. Hay ya algunas compañeras que van teniendo su lugar, y otras chicas nuevas que tocan, y otras más que no sólo están peleando por el cupo sino que están en el movimiento feminista.
Nosotros intentamos integrar todo esto al SAdeM de la provincia. Desde el SAdeM nacional tenemos directivas de avanzar en esos temas. Tenemos una Secretaría de Género y Diversidad, y la idea nuestra es dar esa apertura. Yo tengo tres hijas, la del medio estudia batería, así que todo eso es algo que también nos interpela…
Ahora tenemos delegados en prácticamente todo los departamentos. En el futuro próximo tenemos pensado sacar ordenanzas que regulen la actividad, por lo menos 3 o 4 que sienten precedentes y que nos sirvan para ir a un proyecto de Ley del Músico de la provincia de Jujuy. Otro objetivo es tener la sede, que hoy no tenemos, y necesitamos el acompañamiento del nivel nacional para tener estructura. Nosotros
siempre estamos presentes, como cuando hace un par de meses en El Talar se cayó en una actuación en vivo una torre de iluminación sobre dos compañeros del grupo “Los Criollos”. Los buscamos, los encontramos; pero hay que tener en cuenta que a veces hay miedo, de hablar, de accionar contra la municipalidad, capaz que no te llaman más y te quedás sin laburo… Otro caso: los coros y orquestas del Bicentenario, más de cien trabajadores, estuvieron más de seis meses sin cobrar…
Nuestra labor de delegado gremial, de militante de los derechos laborales, tiene que superar el escollo de la política nacional. Nosotros no podemos hacer la concesión de no dar esas batallas para conquistar derechos. Más allá de la esperanza popular que
haya con los cambios actuales, el hecho por ejemplo de que el gobierno de Jujuy no sea del mismo palo que el nacional no debe importarnos: nosotros hacemos política sindical, no partidaria, y la hacemos en favor de los derechos laborales, y los tenemos
que conquistar con cualquier gobierno.

Gracias Ruben Lauffer, Compañero de la Secretaria de Prensa del SADeM.

La unidad sindical es necesaria para recuperar los derechos que el gobierno macrista nos quitó

Marcelo “Máquina” Levicoy, secretario gremial del SAdeM

“La unidad sindical es necesaria para recuperar los derechos que el gobierno macrista nos quitó”

 

Complementando la charla que recientemente tuvimos con el secretario general del Sindicato Argentino de Músicos, La Nota conversó brevemente con el secretario gremial de nuestro SAdeM, Marcelo Levicoy (“Máquina”). ¿Qué situación nos dejan cuatro años de macrismo a los trabajadores de la música? ¿Por qué se habla de la necesaria unidad del movimiento sindical para la etapa que se inicia? Estos fueron los ejes de la charla que aquí transcribimos.

 

Máquina: Las políticas del macrismo nos han dejado a los trabajadores en una desprotección absoluta, especialmente en materia de seguridad e higiene. También con la modificación de las leyes de ART. Se ha ido avanzando en contra de los trabajadores. Esto lo vivimos recientemente, por ejemplo, en el accidente que costó la vida de un compañero que trabajaba en las obras del aeropuerto de Ezeiza y dejó a otros 13 con heridas de distinta gravedad.

Los músicos no estamos exentos de esto. Un hecho puntual en el último tiempo fue el accidente del compañero Sergio Denis. Nosotros siempre decimos que si se puede evitar no es un “accidente” sino negligencia. Y en este caso se podría haber evitado con una simple red de contención cubriendo el foso, o tapándolo con una placa para que no se convirtiera en un riesgo potencial por la caída de algún músico, como sucedió…

Posteriormente tuvimos otro hecho en El Talar, provincia de Jujuy, donde el cantante del grupo Los Criollos y otro compañero del mismo grupo fueron golpeados por una columna de iluminación que se desplomó sobre el escenario en pleno show. El compañero terminó con suturas en la cabeza, pero ni los organizadores del evento ni la municipalidad se hicieron cargo, aunque los compañeros del grupo denunciaron que no había policía y que habían tenido que ir al hospital por sus propios medios.

Una semana después, en Salta, durante un recital de Diego Torres, se prendió fuego el telón…

A nosotros nos preocupan estas cosas, ya que si bien los trabajadores de la música somos trabajadores en relación de dependencia, ciertos organizadores de eventos no cumplen con las leyes de ART, ni con sus obligaciones contractuales; como suele decirse, la actitud de muchos es “si pasa, pasa”. Pero resulta que los músicos estamos exponiendo nuestra vida cada vez que nos subimos a un escenario.

La Nota: …Y eso es parte de la política de precarización laboral que se acentuó en los últimos años…

M.: Totalmente. En Jujuy nosotros denunciamos esto con los compañeros de la seccional, y empezamos a organizar una respuesta desde lo sindical. Nuestra idea es empezar a dar la discusión de fondo: los músicos somos trabajadores, y tenemos los mismos derechos que cualquier otro trabajador en el país. Sin embargo estos derechos se nos vienen negando, desde que tiraron abajo el decreto reglamentario de la ley 14.597 (“Ley del Músico”). Es momento de poner sobre la mesa la discusión real, porque no podemos permitir que los compañeros sigan exponiendo sus vidas para trabajar, por buscar el mango y parar la olla.

LN: Teniendo en cuenta que todo esto es parte de una política de precarización que va mucho más allá de los músicos y abarca a todos los sectores de trabajadores, ¿cómo ves la evolución posible del movimiento sindical ─del que el SAdeM forma parte─ para el período que se inicia a partir de las elecciones que tendrán lugar en esta misma semana?

M.: Vengo sosteniendo que la única salida posible para frenar el avance de las patronales es la unidad del movimiento obrero. No es una cuestión que tenga que ver sólo con el neoliberalismo, sino con una política global en el mundo. Se está precarizando cada vez más a los trabajadores, llevándolos a la llamada “gig economy”, transformándolos en autónomos y monotributistas, y como siempre maximizando la ganancia  de las grandes patronales. La plusvalía sigue rigiendo el mundo…

Un movimiento obrero organizado, activo, fuerte, es la única forma de frenar este proceso. Por eso vemos bien este acercamiento de sectores que estaban nucleados en otra central obrera como la CTA y han manifestado su intención de volver a la CGT. Ciertamente hay que tener en cuenta las cuestiones estatutarias que deben respetarse, hay procedimientos legales que realizar; pero entendemos que el movimiento obrero unificado es la única salida para frenar el ajuste brutal que se viene dando, no sólo en el plano nacional sino también en el internacional.

LN: El movimiento obrero es un conglomerado de corrientes muy diversas. ¿No hay una parte de ese movimiento que acompañó las políticas contra las que hemos venido luchando? Y ¿unidad para qué, en la nueva etapa?

M.: Una de las primeras cosas por las que el movimiento obrero debe traccionar es para retrotraer las leyes que se han aprobado para quitarle derechos a los jubilados. O más bien retrotraer el paquete de leyes completo que afecta a los trabajadores: la de ART con la modificación de la indemnización, etc. 

Si bien el gobierno tuvo que dar marcha atrás porque la Corte Suprema se expidió señalando el carácter inconstitucional de la reforma referida a las indemnizaciones, el propio gobierno y la derecha en general ─como varios de los candidatos que intervinieron en el debate preelectoral─ siguen hablando de “reforma laboral”. Por eso es necesaria la unidad del movimiento obrero. Si nosotros en la Argentina seguimos resistiendo a transformarnos en un país totalmente precarizado, es porque todavía queda algo de aquel movimiento obrero histórico, aquél que paró un país y que le dijo “basta” a la Dictadura… 

Aunque haya algunos compañeros que no entendieron y se marearon con las mieles del poder, muchos otros siguen con los ideales en alto y no bajaron ninguna bandera. Necesitamos un movimiento obrero unido para impedir la llamada “reforma laboral”, y para recuperar los derechos que el gobierno macrista nos quitó.

Crisis económica, elecciones, unificación del Movimiento Obrero, La Nota y Ricardo Vernazza Sec. gral. del SADeM

Ricardo Vernazza, Sec. General del SAdeM

“A los únicos que les conviene un movimiento obrero unificado es a los trabajadores”

 

Prácticamente a las puertas de las elecciones nacionales, y en medio de la abismal crisis que estremece todo el cuerpo social del país, La Nota dialogó con Ricardo Vernazza, secretario general de nuestro Sindicato Argentino de Músicos, para repasar la condición particular de los músicos argentinos frente a la situación social y la ubicación del SAdeM ante las actuales perspectivas de reunificación sindical.

 

LN: Hoy hay dos cosas que dominan el escenario nacional: la tremenda crisis social, económica y política que nos dejan estos cuatro años de Macri; y la proximidad de las elecciones presidenciales, todo lo que se va alineando alrededor de eso, y la posición del SAdeM…

RV: Los músicos venimos sufriendo la crisis desde hace ya unos cuantos años, y ahora estamos cayendo en un pozo casi sin fondo. Yo suelo decir que los músicos somos como los canarios que los mineros llevan a la mina: son los primeros que se mueren cuando empieza a faltar el oxígeno. Los músicos somos los primeros en perder la fuente de trabajo cuando la crisis empieza a afectar a los sectores populares. Cuando a la gente le falta el dinero, lo primero que recorta son sus actividades culturales.

Ya el 2015 fue un año muy difícil para los músicos, porque la crisis ya golpeaba fuertemente; aunque en esos tiempos todavía el Estado invertía mucho dinero en cultura, la actividad privada ya empezaba a sentir la crisis. De entonces a hoy esa actividad fue cayendo abruptamente, y está llegando a afectar a sectores a los que nunca había llegado. Por ejemplo a los alumnos que venían a domicilio. Antes no había trabajo pero los alumnos seguían estudiando; hoy los compañeros docentes te dicen que están teniendo en su casa la mitad de los alumnos que tenían antes. Es decir, hoy ya estamos perdiendo las fuentes de mantención de nuestras familias.

Esto se ve crudamente en lo que tiene que ver con la salud: cada vez vienen más compañeros a la Obra Social, y cada vez hay más gente que ni siquiera puede acceder a la Obra Social porque no pueden sostener el pago de la cuota. Nosotros estamos trabajando en forma solidaria con algunos compañeros enfermos y que no tienen el dinero para atenderse.

Es una crisis que no se soluciona exclusivamente con las paritarias: la paritaria le soluciona el problema a los compañeros que tienen trabajo… Este año hemos podido acomodar las paritarias en algunos lugares; en Teatro hemos tenido más obras que en otros momentos, algo bastante raro: hubo más comedias musicales, y estos compañeros han podido recibir un aumento importante que hemos conseguido coordinadamente con ellos. Pero todavía no pudimos cerrar la paritaria con la televisión de aire, donde también estamos acompañando los paros que se están haciendo. Ningín sindicato pudo cerrar ahí la paritaria de este año, simplemente porque la cámara empresaria se niega a reconocer las revisiones que firmó el año pasado; no sólo el porcentaje de aumento de este año ─a principios de 2019 nosotros acordamos un aumento que ya quedó totalmente desfasado─ sino que tampoco nos pusimos de acuerdo sobre los porcentajes del año pasado. Así que ahora allí estamos doblemente complicados, porque no estamos de acuerdo ni con el salario del año pasado ni con el de este año… Y esto con una crisis económica muy importante en el sector.

Así que los compañeros que están trabajando tienen problemas salariales, pero lo principal es la pérdida de puestos de trabajo, incluyendo los organismos estables, como las bandas. En algunas hemos avanzado mucho, por ejemplo en Morón avanzamos en el reconocimiento del trabajo profesional del músico con el consiguiente aumento salarial; los compañeros de Tierra del Fuego están muy contentos porque los de la Banda Municipal de Ushuaia consiguieron su nueva sala de ensayos del SAdeM para televisión; y ahí conseguimos también una cantidad de terrenos para que el SAdeM pueda efectivizar un plan de viviendas para los compañeros. Pero al mismo tiempo no hemos podido paliar la crisis general en lo relacionado con los salarios.

LN: Decías que la crisis tiene una dimensión que no se resuelve con las paritarias, sino que requiere reconstruir el mercado interno, la actividad económica en general y la actividad social. ¿Qué pueden hacer los sectores populares en el futuro próximo para ayudar a eso?

RV: La paritaria no puede solucionar la situación en el marco coyuntural de este gobierno de Macri… El salario es el mejor ditribuidor de la riqueza; me lo dijo una vez Néstor Kirchner. La paritaria debería ser el lugar que tendiese a una distribución más equitativa de la riqueza. 

Digo “en la coyuntura de este gobierno” porque nosotros todavía no hemos obtenido la homologación de los aumentos del año pasado. El ministerio de Trabajo, hoy degradado a Secretaría, ha sido puesto en manos de gente que no le está dando el funcionamiento que le corresponde. De modo que los sindicatos tenemos que hacer un doble esfuerzo, porque cuando discutimos con los empresarios un aumento salarial, después tenemos que discutir con cada uno de sus asociados para que lo cumpla, porque el ministerio no los homologa; y por eso ni siquiera se los puede denunciar, ya que si no está homologado no tienen la obligación de cumplirlo. Nosotros por ejemplo venimos discutiendo los salarios de este año para la TV abierta, y ni siquiera nos han llamado a ratificar el aumento del año pasado…

Y si no está homologado no te lo pagan; esto se ve mucho más en otras instancias. Por ejemplo el caso de Canal 7, que no paga ni lo que está homologado, ni tampoco el resto de los salarios, por lo cual tuvimos que hacer denuncias al Ministerio de Trabajo que, pasado ya un año y medio, ni siquiera citó a las partes para empezar a discutir esta cuestión.

Hoy por hoy, estamos con un gobierno que usa el Ministerio de Trabajo para sostener la baja del salario, es decir contra los propios trabajadores. Yo creo que las paritarias son el camino, porque son lo que mejora el salario, y el salario es el mejor distribuidor de la riqueza. Tenemos que recuperar el poder adquisitivo, y eso no está en los planes del gobierno de Macri.

LN: ¿Cuál es ahora nuestro espacio gremial nacional? ¿Cómo ves la perspectiva de la unificación de la CGT? Y ¿para qué sirve esa unificación?

RV: El SAdeM sigue estando afiliado a la CGT. Nunca nos fuimos de la central, más allá de haber sido uno de los 36 sindicatos que impugnaron el congreso donde se formó el “triunvirato” por considerar que, por un lado, ese triunvirato era legalmente inadmisible porque el estatuto no lo permite, y, por el otro, que sin discutir para qué nos reuníamos iba a ser otra derrota para el movimiento obrero. Y así fue: hoy tenemos un Consejo Directivo de la CGT que no tiene el reconocimiento del movimiento obrero. 

Hoy la coyuntura hace que tengamos que empezar a pensar en la unidad. Nosotros no participamos de la conducción, pero sí estamos a la espera de que se convoque al secretariado para conformar una nueva conducción, ya que pensamos que la actual no es legítima. El año que viene hay renovación de autoridades, y todos los sindicatos tenemos la intención de lograr una unificación. Por eso fue muy importante la declaración de la CTA donde hace pública su intención de entrar en un proceso de unificación. 

De todos modos, los titulares de los diarios parecen demasiado optimistas cuando dicen “la CTA votó entrar a la CGT”… Por empezar la CTA no puede entrar a la CGT porque las dos son organizaciones de tercer grado; en todo caso cada sindicato de la CTA podrá pedir la reafiliación a la CGT, o pagar las cuotas que les quedaron sin pagar… Pero sí se está marcando la decisión de iniciar un proceso de unidad de una parte del movimiento obrero. Una parte, porque ante todo estaría bueno que la propia CTA se unifique, ya que hay tres, y hasta ahora la intención la tiene sólo una. De todos modos en esa reunión reciente el SAdeM fue invitado por la CTA como “organización fraternal”, y nosotros tenemos muy buena relación con muchas organizaciones del movimiento obrero, no solamente las que están en la CGT, y participaremos en los próximos congresos que se hagan para el 2020.

Yo no creo que a ningún presidente le convenga una CGT unificada. A los únicos que les conviene eso es a los trabajadores. En general los presidentes prefieren no tener encima semejante poder de presión. Pero a nosotros sí nos conviene: o bien porque haya un gobierno que sigue avanzando en quitarnos nuestros derechos; o para apoyar a un gobierno que quiera defender nuestros derechos ante la gran presión desde afuera. 

Esto hay que tenerlo en cuenta, porque la Argentina es uno de los pocos países que mantienen muchos derechos laborales, y hay una fuerte ofensiva, incluso dentro de la OIT, para que los perdamos. En el actual contexto internacional el trabajo “independiente” y el “eventualismo” son cada vez mayores, y prolifera la economía “gig” (algo así como lo que los músicos llamamos una “tocada”), que toma precisamente a los músicos como ejemplo de una modalidad de ir, tocar, llevarse una monedita haciendo lo suyo… y todo sin trabajo regular y sin ninguna relación de dependencia. Hoy hay una corriente mundial ─empezando por el Fondo Monetario Internacional─ que sostiene que ese es el camino por el que tienen que ir las relaciones laborales. Un ejemplo: Polonia ya tiene el 90% de los trabajadores en negro, a los que les llaman “independientes”…

LN: Si se establece acá un pacto social, ¿qué va a pasar con ese tipo de orientación?

RV: No sé, pero el mundo es el que nos está empujando a eso. En Francia Macron hizo desaparecer por decreto la jornada de trabajo: a los franceses se los contrata por una cantidad de horas, con lo que en la práctica están las 24 horas del día a disposición del empleador o esperando que los llamen…

Por eso es importante que los trabajadores estemos unidos para enfrentar estas tendencias. En el caso de que tengamos un gobierno que avance en ese sentido nos vamos a oponer; y si hay un gobierno que no lo haga lo apoyaremos desde la calle. Unidos somos invencibles.

Charla con Rolando Goldman, Sec. de Cultura del SADeM, a raíz de su reciente libro

“La cultura es un terreno de disputa”

 

Con motivo de la reciente publicación de su libro ¿Gestión cultural o política cultural? Aportes posibles hacia la construcción del trabajo en el terreno de la cultura (Ciccus, 2019), La Nota dialogó con el músico Rolando Goldman, quien además de su reconocida trayectoria en la difusión nacional e internacional de su instrumento −el charango− y de la música popular argentina, fue Director Nacional de Artes de la Secretaría de Cultura de la Nación (2004-2009) y es Secretario de Cultura de nuestro Sindicato Argentino de Músicos.

 

LN: Acabás de presentar tu nuevo libro. Seguramente hace muchos meses que venías trabajando en él, y ve la luz en los umbrales octubre de 2019: ¿la fecha en que se publica tiene algo que ver con la proximidad de la elección presidencial y el posible cambio de gobierno?

RG: Bueno, de elaboración deben ser más de cien meses… (Risas). Cuando dejamos el espacio que teníamos en la Secretaría de Cultura de la Nación, en julio de 2009, con varios compañeros nos planteamos que valía la pena hacer un registro de todo lo que se había hecho en el país; por un lado como registro en sí mismo, pero también para que quien quisiera pudiera tomar elementos para reproducirlo. A partir de ahí yo me puse a escribir algo, después lo dejé, etc. No es que haga 10 años que estoy escribiendo este libro, pero desde hace unos 4 años, cuando asumió el gobierno de Macri, escribirlo ya fue una necesidad, dado el destino que tuvieron los programas que habíamos puesto en práctica.

Según mis cálculos debía publicarse en un año; pero no es fácil escribir un libro, ni terminarlo. Y terminó saliendo ahora. Así que no, no tiene ninguna relación con lo electoral.

LN: Recordanos cuándo tuviste ese cargo en la Secretaría de Cultura de la Nación.

RG: Fui designado Director Nacional de Artes por Torcuato Di Tella el 1º de enero de 2004. Cuando lo echaron continué en el cargo −por recomendación del propio Torcuato− con José Nun todo el tiempo que él estuvo, hasta julio de 2009, cuando también él fue echado. O sea, cinco años y medio, durante los cuales pudimos plasmar y desarrollar bastante profundamente algunas ideas que teníamos.

LN: El título de tu libro pone en un plano de comparación las palabras “gestión” y “política” en relación a lo cultural. ¿Querés decir que lo cultural no es una cuestión administrativa sino una política, una visión integral del desarrollo cultural?

RG: Quizá sea una herencia que me quedó de Torcuato Di Tella… Tanto con él como con Nun aprendí muchísimo, además de haber tenido mucha libertad para trabajar y mucha empatía con los dos. Torcuato tenía un estilo bastante provocador, y digo “herencia” porque en este título está la idea de provocar al menos una discusión… 

En la política el lenguaje no es ingenuo, ni neutro; y en el terreno de la cultura mucho menos. En el libro hay planteos hechos desde lo teórico, y también me meto en el lenguaje. Creo que hablar de gestión o administración cultural plantea un enfoque supuestamente desideologizado, cuantitativo, empresarial, cosa que no es. Además supone que quienes deben trabajar en esta área son los que “saben”, subestimando la política. Por lo tanto, con el título planteo una advertencia sobre esto. 

En el plano del lenguaje a veces se plantean expresiones que adoptamos y terminan quedando instaladas y reproducimos sin darnos cuenta, como la “cultura universal” o la “música universal”, que en realidad jamás son “universales”, ya que en esas expresiones nunca se incluye por ejemplo a la música creada en África, ni en América, ni la música popular europea, ni la actual; está reducida a un período, en general el siglo XIX o anterior, de la música creada en Europa occidental…

 

LN: …para no hablar de las llamadas “industrias” culturales…

RG: Claro, ese es otro ejemplo. Algunos hasta causan gracia. Hace algunos años acá había llegado desde España el término de “curadores”. Primero eran los que colgaban los cuadros, pero después terminaron siendo más importantes que los artistas. Su tarea es valiosa, pero creo que el lenguaje esconce otras cosas. Hace unos años, en España y en Europa se dejó de hablar de curadores: ahora se habla de “comisario”, el comisario cultural que es el que vela por el cuidado de las obras. Ese término no llegó aquí por razones casi obvias, porque tendría otra connotación. Pero prueba que los términos nunca son ingenuos. Y en el libro se ven más ejemplos de eso.

LN: El tipo de proyectos que vos pusiste en práctica desde la Secretaría, y los que seguís impulsando ahora, ponen sobre el tapete el concepto −aparentemente básico y obvio− de cultura. ¿Qué entendés vos por cultura, el cual también es un terreno de disputa?

RG: Es absolutamente un terreno de disputa; la cultura y en particular las artes. Hay muchas definiciones, pero hay una que resume mi idea: la que concibe la cultura como una síntesis de las prácticas sociales. En todo, en la vida cotidiana, está la cultura. Incluidas desde ya las contradicciones que impregnan las prácticas sociales. 

Lo que pudimos plasmar en aquellos años parte de un momento que creo que fue una bisagra en nuestra historia: los hechos del 19 y 20 de diciembre de 2001. Esos hechos provocaron un retroceso de las clases dominantes, aunque luego se reagruparon y pudieron volver a avanzar en estos últimos años. No es casual que haya sido en ese momento cuando pudimos plasmar los programas de música en las fábricas, y teatro en las fábricas. En cambio en los ’90 −hoy parece absurdo− la misma Secretaría de Cultura impulsaba un programa de “Música en los countries”: los elencos artísticos estables de la SCN tocaban en Los Lagartos, un country de la zona de Pilar… Era aquéllo de “pizza con champán”, un producto de lo que pasaba en esos años en la sociedad. Fue la creatividad y la lucha del pueblo lo que generó experiencias como las de fábricas o empresas recuperadas por los trabajadores, donde desde el Estado −al menos desde una parte de él, y con todas sus contradicciones− se impulsaban actividades artísticas en esos establecimientos (fábricas o espacios de trabajo), reflejando un aval de la gente a los trabajadores; y para éstos no era lo mismo estar peleando solos contra el mundo que sentir ese apoyo…

LN: ¿Te referís a espectáculos llevados desde afuera a las fábricas, o a espectáculos hechos por los propios trabajadores?

RG: El objetivo que nos planteamos al crear esos programas era esto último. En una primera etapa llevamos conciertos y obras de teatro, para luego pasar a la segunda etapa; cosa que logramos con el teatro pero no con la música. Hicimos muchísimos conciertos, de música académica, de música popular, de artistas algunos conocidos y otros no, de elencos estables… Que el Ballet Folklórico Nacional, la Orquesta Juan de Dios Filiberto, la Orquesta Sinfónica Nacional, fueran a tocar a esos ámbitos, implicaba también un compromiso desde las estructuras del Estado, y también una intención de generar conciencia en los trabajadores artistas sobre aspectos claves: de dónde provienen sus propios salarios, a quién va dirigido su trabajo.

 

Ese proceso fue muy interesante, porque al inicio hubo cierta resistencia de algunos sectores. Pero el primer concierto que organizamos, que fue el de la Orquesta Sinfónica Nacional en la planta Renacer (ex-Aurora) de Ushuaia en 2004, fue impresionante, y eso provocó un quiebre en los mismos músicos; algunos de ellos veían esta idea con mucho entusiasmo, pero otros bastante menos… Vivir esa experiencia fue muy favorable para todos, para la gente de la fábrica, para la comunidad de Ushuaia, pero también para los músicos.

Al mismo tiempo mirábamos críticamente a algunas ex fábricas que se transformaban en centros culturales… Nosotros no pretendíamos eso, pero sí colaborar en la gestación de propuestas elaboradas por los propios trabajadores y sus familias. Eso lo logramos con una experiencia piloto de teatro en las afueras de la ciudad de Mendoza, que fue maravillosa. Allí convocamos a un referente muy importante del teatro popular, Ernesto “el Flaco” Suárez −un referente para todo el continente, no por casualidad prácticamente desconocido en Buenos Aires−, que trabaja con mucho dramatismo y a la vez con mucho humor (se tuvo que ir en el ’76 y recorrió varios países de América Latina −Perú, Ecuador− haciendo extraordinarias experiencias de teatro popular; y después relataba esa época bromeando: “me gané la beca Videla…”). Con él y otros compañeros, allá por el 2008, se hizo un trabajo en las afueras de la ciudad de Mendoza, primero de recopilación de la historia de una fábrica de ladrillos; con eso se hizo una obra de teatro que se puso en escena en la propia fábrica los domingos, donde los actores eran trabajadores, vecinos, estudiantes de teatro de la zona, con un guión elaborado por ellos y bajo la dirección del “Flaco” Suárez. Era conmovedor, todo el mundo terminaba llorando; tuvo un tremendo impacto. Esa experiencia está plasmada en el libro.

Nunca sostuvimos que las que llevábamos a la práctica eran ideas originales. Muchas veces uno toma ideas que están “flotando” en el ambiente. En realidad uno no sabe si no hay algún antecedente de las cosas que uno hace. Al programa de Orquestas Infantiles y Juveniles de Instrumentos Latinoamericanos, nosotros le pusimos el nombre de Andrés Chazarreta porque, además de ser un muy reconocido recopilador de la música popular, fue quien en la década del ’30 del siglo pasado creó la primera orquesta de arte nativo en Santiago del Estero. O sea que siempre hay algún antecedente si uno bucea un poco para rescatar esas cosas…

LN: Y finalmente, la perspectiva. ¿Tu libro sugiere alguna propuesta sobre qué política cultural desarrollar?

RG: Bueno, la propuesta de hecho está plasmada en la descripción de esos programas, incluso narrando las dificultades con las que nos encontramos. Se plantea una forma de trabajar, algunas ideas que pudieron plasmarse en realidades… Algunas de ellas aún subsisten, aunque desfinanciadas y en menor medida que lo que querríamos. Todo eso con una mirada muy volcada hacia lo social y hacia lo federal. 

Y sobre esto: una de las mayores trabas que hay en el área de Cultura de la Nación, más allá del bajo presupuesto que suele destinarse a esta área, es que la mayor parte de ese presupuesto se vuelca en la ciudad de Buenos Aires: acá es donde están la Biblioteca Nacional, el Teatro Nacional Cervantes, muchos museos nacionales; acá tienen su sede los elencos artísticos, y así sucesivamente. Nosotros planteamos que una parte importante debería volcarse a las provincias. Por eso hicimos pocas iniciativas en la ciudad de Buenos Aires. Pero también muchas veces sufrimos trabas burocráticas. 

Nosotros planteábamos la cultura mirada como proceso y no a través de “eventos”; con esa concepción se hicieron muchísimos recitales y conciertos en todo el país, y nosotros planteábamos que los músicos que participaban también fueran del interior; o sea que lo “federal” no fuera hacer un concierto en Formosa pero el músico viviera en Buenos Aires, sino músicos de la provincia. Eso generaba una erogación presupuestaria mayor por el traslado, problemas burocráticos en los contratos, etc., pero luchábamos contra eso. 

La misma situación se reproducía en las provincias, ya que las capitales provinciales están acostumbradas a generar esta misma relación respecto de los municipios… Es un engranaje muy difícil de destrabar.

 

LN: En medio de la tremenda crisis económica y social que padece el país, y especialmente desde el punto de vista presupuestario, ¿se pueden hacer cosas?

RG: En realidad, no se puede no hacer. El hacer es una obligación. Y, de hecho, siempre se hace… El compromiso, la creatividad de muchos animadores culturales, artistas, y del pueblo en general, hace que por un lado uno sienta que nuestra cultura popular no corre riesgo −a diferencia de lo que quizá suceda en los países llamados “centrales”−, ya que una cosa es lo que aparece en la TV y otra lo que sucede en la vida real. La música de raíz folklórica tiene larga vida. No veo riesgo en eso, salvo quizá las cosas −algunas de mucho valor y otras no tanto− que vienen con esta verdadera inundación de cosas que llegan de afuera. Yo creo que no se debe rechazar porque sí lo que venga de afuera, sino tener una mirada crítica sobre eso y tomar lo que valga la pena.

Entrevista a Sergio Vainroj, Músico y Veterano de Malvinas

El Himno inconcluso

 

¿Cuántas historias valiosas de lucha y de vida ─y de música─ tenemos junto a nosotros, o pasan a centímetros sin que las veamos? También las hay en el SAdeM. Como la de Sergio Vainroj, pianista, acordeonista, flautista, veterano de Malvinas y ejecutante de nuestro Himno Nacional en circunstancias tan inéditas como las que describió para La Nota. Como músico, Sergio es además autor del tango “Soldado bueno”, único homenaje tanguero que se conozca a los conscriptos de aquella gesta. Y como docente donó para nuestra Escuela Popular de Música un material didáctico elaborado sobre la experiencia que aquí relata.

 

LN: ¿Qué trabajos estás haciendo como músico? ¿Cómo llegaste al Sindicato de Músicos?

SV: Yo soy pianista. Ahora tengo 56 años. Estudié desde muy chico y empecé a actuar formalmente a los 14, en el ’77-’78… Mis padres no eran músicos, pero en mi casa se respiraba música, y a mí siempre me gustó la música.

En el Sindicato estoy desde el 2000-2001. Yo venía trabajando desde hacía años como músico solista; formé agrupaciones como pianista y también como acordeonista, pero fundamentalmente soy solista. Durante algunos años me dediqué a la música klezmer, una música de origen balcánico, una especie de fusión con contenidos culturales judíos y otros no. Y también soy docente en escuelas públicas de la provincia de Buenos Aires. En los ’80 trabajé en escuelas e instituciones de la colectividad judía, como docente y como músico, pero ahora hace ya 18 años que me desempeño en el nivel secundario.

La idea de afiliarme surgió por un amigo, yo ni sabía de la existencia de un sindicato de músicos; él me lo sugirió, y la verdad que me causó mucha satisfacción saber que estábamos representados. Y en estos días vine al SAdeM a tramitar mi jubilación. Porque yo, además de músico, soy veterano de Malvinas, soldado conscripto: me tocó combatir en Malvinas, y los veteranos tenemos la posibilidad de una jubilación anticipada; pero hay que reunir 20 años de aportes, y yo tengo 18. Por eso ahora estoy previniendo esa complicación… También tengo una carrera musical ─ya que actué como pianista en teatros, salas, etc.─ y quiero jubilarme como músico; y como muchas veces los músicos no exigimos a nuestros empleadores una constancia, o los empleadores no nos hacen los aportes porque consideran que la música no es un trabajo, resulta que me quedé sin esos aportes. A mí no me falta tanto, sólo dos años: podría trabajar dos años más y prescindir de esos aportes; pero la verdad creo que me corresponde que el ANSES reconozca esos años.

LN: ¿Y en el SAdeM encontraste el respaldo que esperabas?

SV: Sí, muchísimo. La verdad que estoy muy agradecido, porque el SAdeM me hizo una nota, muy linda y muy bien fundamentada, para presentar al ANSES. Así que estoy asombrado, agradecido, y veremos qué curso tiene… Si lo logro, lo consideraría no sólo una satisfacción personal, sino tambièn para todos los músicos. Moralmente nos corresponde, y legalmente sé que hay proyectos de ley para reconocer el trabajo musical. Lo pienso, incluso, a raíz de mi participación musical en Malvinas, un episodio único que me tocó vivir cuando fui prisionero de los ingleses. O sea que el logro tendrìa un valor no sólo individual, sino social.

LN: Según el video que me hiciste llegar, resulta que no sólo sos pianista y acordeonista, sino también flautista…

SV: Bueno, lo que pasa es que yo amo la música desde que nací, y como de chico mis padres no tenían recursos suficientes como para comprarme un piano, me compraron una flauta dulce. Ese fue mi primer instrumento, sacaba al toque cualquier canción. Y me la llevé cuando me convocaron al servicio militar y después a Malvinas, porque me acompañaba a todas partes… Antes de que los ingleses desembarcaran y empezara la guerra propiamente dicha, siempre que me pedían (o que se podía) yo tocaba algún tema en la flauta.

LN: Contanos cómo fue el episodio del piano y el himno nacional que tocaste estando prisionero…

SV: Cuando pasó toda la guerra y tras el alto el fuego se pactó la rendición, pasamos a estar a las órdenes de los ingleses. Nos hicieron caminar encolumnados hasta el aeropuerto a 3 kilómetros para dejar todo el armamento y volver esos 3 km hasta el puerto, donde estaban los buques que nos traerían de vuelta a la Argentina. Yo fui a parar al Canberra, un barco que era inglés pero no de guerra sino contratado a una empresa de turismo; tenía un montón de salones, confiterías, etc. Habían sacado todo lo que tenía que ver con turismo ─mesas, sillas─, pero en una de esas confiterías, donde nos alojaron el primer día, no habían podido sacar el piano. Nos hicieron sentar en ese gran salón. Éramos unos 300. Yo, desde chico, donde hay un piano me olvido de dónde estoy y quiero ir a tocar… Le di con el codo a mi amigo Carlos Sabin (más tarde fallecido en un accidente, en el 2003), le mostré el piano, y él me alentó a que fuera a tocar. Yo le dije que éramos prisioneros, que nos iban a matar. Pero él me alentó. Así que me acerqué al soldado ingés que estaba junto al piano y le dije “I play the piano”. “OK”, me dijo, y levantó la tapa del piano. Empecé a tocar: Bach, “Adiós nonino” de Piazzolla, “Let it be” de Los Beatles que los soldados ingleses empezaron a tararear…

En ese ambiente calefaccionado al que llegábamos después de días de soportar llovizna y temperaturas bajo cero, se creó un gran silencio… Hasta que Carlos Sabin me dijo “Sergio, tocá el himno”, y otros compañeros insistieron. Yo interpreté esa necesidad, ese sentimiento de identidad; era como decir “estamos prisioneros pero la peleamos hasta el final”. Y empecè con los acordes del Himno Nacional. Llegué a tocar una buena parte. Para los soldados ingleses era una música más, pero un oficial argentino dijo “Soldados, todos de pie!”, y todos se pararon. Fue una reacción instantánea. Los ingleses no entendían nada, pero se dieron cuenta de que pasaba algo: empezaron a pedir refuerzos, escuchábamos las botas corriendo por los pasillos, y empezaron a gritar “Sit down!. Sit down!”. El inglés que me había abierto el piano me revoleó y me empujó con la culata del fusil, y fui a caer sobre mis compañeros sentados en el piso. Todavía me acuerdo del ruido de las correderas de los fusiles y los soldados apuntándonos…

Durante muchos años yo no conté este episodio, porque a la vuelta al continente los militares nos obligaron a firmar un pacto de silencio: sólo se nos permitía hablar de la geografía de Malvinas, pero nada de la guerra… Costó muchos años hablar sobre Malvinas. Pero un día lo conté, y mi papá me sugirió escribirlo. Lo escribí y lo presenté, con el título “El Himno inconcluso”, en un certamen literario del Ejército sobre historias verídicas de guerra. Y obtuve el 2° premio.

Después de Malvinas, a nosotros la dictadura nos mal llamó “Los chicos de la guerra”, como aquella película de Bebe Kamin que es muy pobre, porque no refleja lo que fue esa guerra. Nosotros éramos chicos de edad ─teníamos 18 o 19 años─, pero lo guerra nos hizo hombres de un día al otro: bailar con la muerte todos los días, y ver morir a compañeros, fue dejar de ser “chicos”, y pasar a ser combatientes por la vida. La causa era muy justa porque se trataba de la soberanía nacional, y por todo el apoyo popular que hubo; pero no estuvo bien manejada. La causa de Malvinas la tenemos metida desde la infancia y desde muchas generaciones atrás, por razones territoriales y también históricas. Es un tema colonial. Pero esa guerra fue un invento de la dictadura para quedarse, porque ya se terminaba su “misión” en la Argentina, como en toda América Latina…

LN: Por eso tocar el Himno en esas circunstancias fue un gesto muy simbólico. Supongo que muchos de tus compañeros te lo habrán dicho después…

SV: Sí, me lo dijeron y me lo siguen diciendo. Y más cuando se supo quién había sido el que tocó el Himno, por ejemplo en una de nuestras reuniones de los viernes en el Centro de Veteranos de Guerra de Morón, al que pertenezco.