CHUBUT
Una foto de Comodoro Rivadavia
El gobierno Nacional ha decidido desfinanciar los programas vinculados a la música, como por ejemplo las Orquestas y Bandas infanto-juveniles, como así también los Programas CAJ (Centros de Actividades Juveniles), que más allá de sus valores intrínsecos, eran la salida laboral de muchos músicos. Si bien la Provincia del Chubut asumió, en un inicio, el compromiso de continuarlos, la realidad económica lleva a que en la práctica estos programas agonicen, se redujo el número de músicos contratados para su ejecución, los montos de haberes permanecen congelados, y con modalidad de contrato basura.
La Ley del Ejecutante Musical Provincial está en plena vigencia; pero para lograr su aplicación falta la reglamentación, trabajo que ya estamos encarando. Idéntico es el caso de la Ordenanza de Teloneros de Comodoro Rivadavia. En ambos casos la normativa garantiza no solo las fuentes de trabajo sino las condiciones en que los músicos deben contratarse.
La municipalidad de Comodoro Rivadavia, por su parte, sigue manteniendo a los músicos talleristas, a los que dirigen los Coros y a la Banda Infanto-Juvenil, mediante contratos basura, pagando muy por debajo de lo que correspondería en caso de que estuvieran contratados en blanco. Así mismo, redujo personal y la cantidad de meses de contratación al año. Ahora son 7 meses. Por los otros 5 meses cobran impuestos AFIP, Rentas del Chubut y la Municipalidad, sin que la gente tenga siquiera este ingreso garantizado. El monotributo sigue siendo el gran problema a enfrentar.-
La crisis del sector petrolero, que determinó por si misma el despido manifiesto o encubierto de un 20 % de los trabajadores de ese sector, con una quita del 25 % de los haberes a los que aún conservan el puesto laboral, repercutió directamente en la economía de todo el sur del Chubut. Obviamente también a las arcas estatales por la merma en la percepción de regalías. Y a ello hay que sumarle la recesión general, los tarifazos, la desaparición de la industria textil en toda la provincia, y el achicamiento general del comercio y PyMEs.
La consecuencia directa repercutió sobre los músicos de distintas maneras:
1) Menos lugares para tocar en vivo, y en peores condiciones, ya que asiste mucho menos público, que además, consume menos.
2) La desaparición del 90 % del mercado de contrataciones para tocar en fiestas privadas y de empresas.
3) La pérdida del 70 % de los alumnos en clases particulares de música y/o academias privadas.
4) Aumento de la dificultad y el riesgo para la autogestión en espectáculos y producciones discográficas.
Asimismo, al achicarse la caja provincial y la de los municipios, se redujo la cantidad de contrataciones para festivales, fiestas locales y provinciales, como así también los montos de los cachets ofrecidos.
En cuanto a los músicos que ejercen la docencia en el sistema educativo formal, también se ven afectados por las mismas situaciones que atraviesa el conjunto del sector docente.
La suma de varios de estos factores determinó que no pudiéramos seguir sosteniendo la sede del SADEM, debiendo entregar el local ya que sin recibir ningún tipo de ayuda ni asistencia económica se hacía imposible solventar los gastos.
No perdemos la esperanza de recuperar la Escuela de Música del SADEM-Chubut, en la cual trabajaban 10 músicos en rol docente.
Peligra la Cooperativa de Viviendas del SADEM-CHUBUT, ante la insolvencia de los aportantes.
En este contexto y con mucho trabajo hemos podido salvar a la Orquesta Sinfónica del SadeM-Chubut, pero por habérsela transferido a la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, que se hizo cargo de la misma desde el área de Extensión del Rectorado. Es decir, sigue existiendo, pero ya no llevará el nombre de nuestra entidad sindical.
El gobierno provincial, por falta de recursos económicos, congeló el sello discográfico provincial, Producciones Discográficas Chubutenses, que en la gestión anterior había alcanzado a editar casi 100 títulos, y, desde el cambio de gobierno, ninguno. Ni siquiera aquellos cuya publicación ya estaba acordada contractualmente.
Para colmo de males, el diluvio arrasó con el 80 % de los barrios de Comodoro Rivadavia, afectando también de seriedad a otras localidades de la provincia. Como consecuencia, muchos músicos sufrieron pérdidas de consideración, entre las cuales lo más grave es el caso de 4 compañeros de Comodoro Rivadavia, que lo perdieron absolutamente todo.
Fabián Vargas es uno de ellos. Participaba en al menos 20 eventos solidarios al año, tocando en la banda El Potro Catamarqueño, y actualmente con Guillermo González, en el género tropical. Actualmente sin ingreso fijo, sin casa y con 8 hijos.
A César Nancuante, del Barrio Laprida, uno de los más firmes colaboradores del SAdeM un torrente de barro le llevó la casa, y el terreno, que ahora es una zanja. Las partes del coche aparecieron desparramadas por 7 cuadras.
Marcelo Vargas es uno de los pioneros locales del Heavy Metal desde una de sus primeras bandas, Cegador. Una vida tocando por las causas solidarias que hubiera que apuntalar. Hoy, evacuado, con familia y sin vivienda.
El Ñoqui Gutiérrez también se quedó sin casa.
Al resto nos queda seguir tocando a beneficio de otros que están peor que nosotros, así que ya no cobramos efectivo, solo leche, pañales, ropa y comida para los miles de pibes que aún están hacinados en escuelas y gimnasios. Muchos de ellos, ya no tienen a dónde volver. A nosotros todavía nos queda música para poder dar.
La situación de Comodoro es una foto del retroceso en materia de derechos que sufrimos los trabajadores, para nosotros es indispensable continuar caminando en esta construcción y resistir el ajuste con más ideas, más organización y fundamentalmente más participación.
Ignacio Stankewitsch
Delegado Seccional Chubut
