Necesitamos la representación gremial como la necesita cualquier trabajador de cualquier rama

Siguiendo con nuestras entrevistas a referentes de distintas delegaciones, entrevistamos a Gustavo Zurbano, junta promotora regional La Plata-Berisso-Ensenada

“Necesitamos la representación gremial como la necesita
cualquier trabajador de cualquier rama”

Nuestra experiencia arrancó hace unos dos años, pero tomó impulso a partir del 14 de mayo de este año 2019, con una asamblea de unos 100 compañeros, lo que nos permite
─por primera vez en nuestra historia como músicos platenses─ participar en estas asambleas generales ordinarias del SAdeM.
La razón por la que no existía el SAdeM en La Plata es porque allí existía una Asociación Profesional de Músicos pero que también tiene personería gremial desde hace 70 años, lo que nos impedía construir el SadeM, a la vez que nos encontrábamos huérfanos de representación gremial, ya que en los hechos hace mucho tiempo que la Asociación dejó de ser una representación sindical.
La iniciativa del SAdeM nacional de constituir la regional La Plata es una decisión importante: se trata de una zona en la que tenemos muchísimos compañeros músicos sin
representación, por lo que en la situación laboral tan depreciada que existe hoy tampoco tenemos una herramienta para la defensa de nuestros derechos.
Necesitamos la representación gremial como la necesita cualquier trabajador de cualquier rama o rubro que produzca ganancias. La producción de renta por las industrias
musicales es muy importante: casi un 3% es casi la mitad de lo que se invierte en educación; por eso decimos con orgullo que parte de nuestro trabajo posibilita que
nuestro país tenga educación pública, laica y gratuita.
La situación que se abre con el cambio de gobierno sin duda mejora las condiciones para avanzar. Las condiciones laborales se han ido deteriorando en este último período, y nos encontramos con situaciones como la de los compañeros del Teatro Argentino, que están en medio de un gran conflicto, y que a la hora de definir paritarias tienen dificultad para decidir quién se va a sentar en esas negociaciones para defender sus derechos.
Existen muchos otros ejemplos. Y la orfandad no es sólo a la hora de defender nuestro salario, sino que nos impide tener la posibilidad de ir con nuestra compañera a un obstetra, o con nuestro hijo a un oculista…
De acuerdo a la legislación argentina, nosotros estamos obligados a cotejar con el otro gremio, ya que no pueden coexistir dos de la misma rama en la misma región. Nuestra mesa promotora está en un proceso de consolidación de una masa de afiliados para poder ir a ese cotejo y poder constituirnos en una verdadera regional del SAdeM, con listas que se sometan a una elección y se elija una dirección que asì represente efectivamente al conjunto de los músicos.

Entrevistas a delegados en nuestra asamblea nacional, comenzamos con Jujuy

En el marco de nuestra asamblea nacional ordinaria y extraordinaria, aprovechamos la oportunidad de tener a todos nuestros para entrevistarlos y conocer las distintas realidad que se viven a lo largo y ancho de nuestro vasto país, comenzamos bien desde nuestro norte con el Cro. Apu Condori, delegado y referente del SADeM en Jujuy

Estos han sido años difíciles para todos los compañeros y compañeras. Pero en la nuestra que es una seccional joven, hemos estado en pie de lucha para conquistar nuevos derechos. Porque hemos estado muy postergados, y suele ser difícil porque el músico es muy individualista, cree que si le va mal es porque no es tan bueno…
Hemos empezado un trabajo de concientización en Jujuy, en Tilcara, en Humahuaca, en Purmamarca, es decir en lugares donde se trabaja mucho para el turismo, y en El Carmen, San Pedro, Perico, La Quiaca, Abrapampa. Hay muchos compañeros que tocan pasando la gorra, y nosotros les explicamos "No, no es así, porque vos no vas en el horario que vos querés sino en el que te dice el dueño del lugar que está llegando el contingente; el poncho, la guitarra, el charango, la quena, la zampoña, las ojotas, el sombrero: todo es nuestro, nada nos dan, y estás tocando para el turista… Y el repertorio tampoco: si te salís de “El cóndor pasa”, “El humahuaqueño” o “El quebradeño” y querés tocar otro tema, no te dejan… Lograr que el compañero entienda que eso es relación de dependencia es complicado.
Otro tema es el de las compañeras. Hay muchas compañeras músicas, pero cuando vienen los festivales no hay una sola mujer, todos grupos de changos… A veces esto genera discusiones en el propio sindicato, con compañeros que te dicen “no, loco, si sos bueno vas a llegar” y no es así, porque de hecho no hay las mismas posibilidades; y las chicas más jóvenes ni siquiera tienen referentes mujeres que las vean arriba del escenario. Hay ya algunas compañeras que van teniendo su lugar, y otras chicas nuevas que tocan, y otras más que no sólo están peleando por el cupo sino que están en el movimiento feminista.
Nosotros intentamos integrar todo esto al SAdeM de la provincia. Desde el SAdeM nacional tenemos directivas de avanzar en esos temas. Tenemos una Secretaría de Género y Diversidad, y la idea nuestra es dar esa apertura. Yo tengo tres hijas, la del medio estudia batería, así que todo eso es algo que también nos interpela…
Ahora tenemos delegados en prácticamente todo los departamentos. En el futuro próximo tenemos pensado sacar ordenanzas que regulen la actividad, por lo menos 3 o 4 que sienten precedentes y que nos sirvan para ir a un proyecto de Ley del Músico de la provincia de Jujuy. Otro objetivo es tener la sede, que hoy no tenemos, y necesitamos el acompañamiento del nivel nacional para tener estructura. Nosotros
siempre estamos presentes, como cuando hace un par de meses en El Talar se cayó en una actuación en vivo una torre de iluminación sobre dos compañeros del grupo “Los Criollos”. Los buscamos, los encontramos; pero hay que tener en cuenta que a veces hay miedo, de hablar, de accionar contra la municipalidad, capaz que no te llaman más y te quedás sin laburo… Otro caso: los coros y orquestas del Bicentenario, más de cien trabajadores, estuvieron más de seis meses sin cobrar…
Nuestra labor de delegado gremial, de militante de los derechos laborales, tiene que superar el escollo de la política nacional. Nosotros no podemos hacer la concesión de no dar esas batallas para conquistar derechos. Más allá de la esperanza popular que
haya con los cambios actuales, el hecho por ejemplo de que el gobierno de Jujuy no sea del mismo palo que el nacional no debe importarnos: nosotros hacemos política sindical, no partidaria, y la hacemos en favor de los derechos laborales, y los tenemos
que conquistar con cualquier gobierno.

Gracias Ruben Lauffer, Compañero de la Secretaria de Prensa del SADeM.

Charla con Rolando Goldman, Sec. de Cultura del SADeM, a raíz de su reciente libro

“La cultura es un terreno de disputa”

 

Con motivo de la reciente publicación de su libro ¿Gestión cultural o política cultural? Aportes posibles hacia la construcción del trabajo en el terreno de la cultura (Ciccus, 2019), La Nota dialogó con el músico Rolando Goldman, quien además de su reconocida trayectoria en la difusión nacional e internacional de su instrumento −el charango− y de la música popular argentina, fue Director Nacional de Artes de la Secretaría de Cultura de la Nación (2004-2009) y es Secretario de Cultura de nuestro Sindicato Argentino de Músicos.

 

LN: Acabás de presentar tu nuevo libro. Seguramente hace muchos meses que venías trabajando en él, y ve la luz en los umbrales octubre de 2019: ¿la fecha en que se publica tiene algo que ver con la proximidad de la elección presidencial y el posible cambio de gobierno?

RG: Bueno, de elaboración deben ser más de cien meses… (Risas). Cuando dejamos el espacio que teníamos en la Secretaría de Cultura de la Nación, en julio de 2009, con varios compañeros nos planteamos que valía la pena hacer un registro de todo lo que se había hecho en el país; por un lado como registro en sí mismo, pero también para que quien quisiera pudiera tomar elementos para reproducirlo. A partir de ahí yo me puse a escribir algo, después lo dejé, etc. No es que haga 10 años que estoy escribiendo este libro, pero desde hace unos 4 años, cuando asumió el gobierno de Macri, escribirlo ya fue una necesidad, dado el destino que tuvieron los programas que habíamos puesto en práctica.

Según mis cálculos debía publicarse en un año; pero no es fácil escribir un libro, ni terminarlo. Y terminó saliendo ahora. Así que no, no tiene ninguna relación con lo electoral.

LN: Recordanos cuándo tuviste ese cargo en la Secretaría de Cultura de la Nación.

RG: Fui designado Director Nacional de Artes por Torcuato Di Tella el 1º de enero de 2004. Cuando lo echaron continué en el cargo −por recomendación del propio Torcuato− con José Nun todo el tiempo que él estuvo, hasta julio de 2009, cuando también él fue echado. O sea, cinco años y medio, durante los cuales pudimos plasmar y desarrollar bastante profundamente algunas ideas que teníamos.

LN: El título de tu libro pone en un plano de comparación las palabras “gestión” y “política” en relación a lo cultural. ¿Querés decir que lo cultural no es una cuestión administrativa sino una política, una visión integral del desarrollo cultural?

RG: Quizá sea una herencia que me quedó de Torcuato Di Tella… Tanto con él como con Nun aprendí muchísimo, además de haber tenido mucha libertad para trabajar y mucha empatía con los dos. Torcuato tenía un estilo bastante provocador, y digo “herencia” porque en este título está la idea de provocar al menos una discusión… 

En la política el lenguaje no es ingenuo, ni neutro; y en el terreno de la cultura mucho menos. En el libro hay planteos hechos desde lo teórico, y también me meto en el lenguaje. Creo que hablar de gestión o administración cultural plantea un enfoque supuestamente desideologizado, cuantitativo, empresarial, cosa que no es. Además supone que quienes deben trabajar en esta área son los que “saben”, subestimando la política. Por lo tanto, con el título planteo una advertencia sobre esto. 

En el plano del lenguaje a veces se plantean expresiones que adoptamos y terminan quedando instaladas y reproducimos sin darnos cuenta, como la “cultura universal” o la “música universal”, que en realidad jamás son “universales”, ya que en esas expresiones nunca se incluye por ejemplo a la música creada en África, ni en América, ni la música popular europea, ni la actual; está reducida a un período, en general el siglo XIX o anterior, de la música creada en Europa occidental…

 

LN: …para no hablar de las llamadas “industrias” culturales…

RG: Claro, ese es otro ejemplo. Algunos hasta causan gracia. Hace algunos años acá había llegado desde España el término de “curadores”. Primero eran los que colgaban los cuadros, pero después terminaron siendo más importantes que los artistas. Su tarea es valiosa, pero creo que el lenguaje esconce otras cosas. Hace unos años, en España y en Europa se dejó de hablar de curadores: ahora se habla de “comisario”, el comisario cultural que es el que vela por el cuidado de las obras. Ese término no llegó aquí por razones casi obvias, porque tendría otra connotación. Pero prueba que los términos nunca son ingenuos. Y en el libro se ven más ejemplos de eso.

LN: El tipo de proyectos que vos pusiste en práctica desde la Secretaría, y los que seguís impulsando ahora, ponen sobre el tapete el concepto −aparentemente básico y obvio− de cultura. ¿Qué entendés vos por cultura, el cual también es un terreno de disputa?

RG: Es absolutamente un terreno de disputa; la cultura y en particular las artes. Hay muchas definiciones, pero hay una que resume mi idea: la que concibe la cultura como una síntesis de las prácticas sociales. En todo, en la vida cotidiana, está la cultura. Incluidas desde ya las contradicciones que impregnan las prácticas sociales. 

Lo que pudimos plasmar en aquellos años parte de un momento que creo que fue una bisagra en nuestra historia: los hechos del 19 y 20 de diciembre de 2001. Esos hechos provocaron un retroceso de las clases dominantes, aunque luego se reagruparon y pudieron volver a avanzar en estos últimos años. No es casual que haya sido en ese momento cuando pudimos plasmar los programas de música en las fábricas, y teatro en las fábricas. En cambio en los ’90 −hoy parece absurdo− la misma Secretaría de Cultura impulsaba un programa de “Música en los countries”: los elencos artísticos estables de la SCN tocaban en Los Lagartos, un country de la zona de Pilar… Era aquéllo de “pizza con champán”, un producto de lo que pasaba en esos años en la sociedad. Fue la creatividad y la lucha del pueblo lo que generó experiencias como las de fábricas o empresas recuperadas por los trabajadores, donde desde el Estado −al menos desde una parte de él, y con todas sus contradicciones− se impulsaban actividades artísticas en esos establecimientos (fábricas o espacios de trabajo), reflejando un aval de la gente a los trabajadores; y para éstos no era lo mismo estar peleando solos contra el mundo que sentir ese apoyo…

LN: ¿Te referís a espectáculos llevados desde afuera a las fábricas, o a espectáculos hechos por los propios trabajadores?

RG: El objetivo que nos planteamos al crear esos programas era esto último. En una primera etapa llevamos conciertos y obras de teatro, para luego pasar a la segunda etapa; cosa que logramos con el teatro pero no con la música. Hicimos muchísimos conciertos, de música académica, de música popular, de artistas algunos conocidos y otros no, de elencos estables… Que el Ballet Folklórico Nacional, la Orquesta Juan de Dios Filiberto, la Orquesta Sinfónica Nacional, fueran a tocar a esos ámbitos, implicaba también un compromiso desde las estructuras del Estado, y también una intención de generar conciencia en los trabajadores artistas sobre aspectos claves: de dónde provienen sus propios salarios, a quién va dirigido su trabajo.

 

Ese proceso fue muy interesante, porque al inicio hubo cierta resistencia de algunos sectores. Pero el primer concierto que organizamos, que fue el de la Orquesta Sinfónica Nacional en la planta Renacer (ex-Aurora) de Ushuaia en 2004, fue impresionante, y eso provocó un quiebre en los mismos músicos; algunos de ellos veían esta idea con mucho entusiasmo, pero otros bastante menos… Vivir esa experiencia fue muy favorable para todos, para la gente de la fábrica, para la comunidad de Ushuaia, pero también para los músicos.

Al mismo tiempo mirábamos críticamente a algunas ex fábricas que se transformaban en centros culturales… Nosotros no pretendíamos eso, pero sí colaborar en la gestación de propuestas elaboradas por los propios trabajadores y sus familias. Eso lo logramos con una experiencia piloto de teatro en las afueras de la ciudad de Mendoza, que fue maravillosa. Allí convocamos a un referente muy importante del teatro popular, Ernesto “el Flaco” Suárez −un referente para todo el continente, no por casualidad prácticamente desconocido en Buenos Aires−, que trabaja con mucho dramatismo y a la vez con mucho humor (se tuvo que ir en el ’76 y recorrió varios países de América Latina −Perú, Ecuador− haciendo extraordinarias experiencias de teatro popular; y después relataba esa época bromeando: “me gané la beca Videla…”). Con él y otros compañeros, allá por el 2008, se hizo un trabajo en las afueras de la ciudad de Mendoza, primero de recopilación de la historia de una fábrica de ladrillos; con eso se hizo una obra de teatro que se puso en escena en la propia fábrica los domingos, donde los actores eran trabajadores, vecinos, estudiantes de teatro de la zona, con un guión elaborado por ellos y bajo la dirección del “Flaco” Suárez. Era conmovedor, todo el mundo terminaba llorando; tuvo un tremendo impacto. Esa experiencia está plasmada en el libro.

Nunca sostuvimos que las que llevábamos a la práctica eran ideas originales. Muchas veces uno toma ideas que están “flotando” en el ambiente. En realidad uno no sabe si no hay algún antecedente de las cosas que uno hace. Al programa de Orquestas Infantiles y Juveniles de Instrumentos Latinoamericanos, nosotros le pusimos el nombre de Andrés Chazarreta porque, además de ser un muy reconocido recopilador de la música popular, fue quien en la década del ’30 del siglo pasado creó la primera orquesta de arte nativo en Santiago del Estero. O sea que siempre hay algún antecedente si uno bucea un poco para rescatar esas cosas…

LN: Y finalmente, la perspectiva. ¿Tu libro sugiere alguna propuesta sobre qué política cultural desarrollar?

RG: Bueno, la propuesta de hecho está plasmada en la descripción de esos programas, incluso narrando las dificultades con las que nos encontramos. Se plantea una forma de trabajar, algunas ideas que pudieron plasmarse en realidades… Algunas de ellas aún subsisten, aunque desfinanciadas y en menor medida que lo que querríamos. Todo eso con una mirada muy volcada hacia lo social y hacia lo federal. 

Y sobre esto: una de las mayores trabas que hay en el área de Cultura de la Nación, más allá del bajo presupuesto que suele destinarse a esta área, es que la mayor parte de ese presupuesto se vuelca en la ciudad de Buenos Aires: acá es donde están la Biblioteca Nacional, el Teatro Nacional Cervantes, muchos museos nacionales; acá tienen su sede los elencos artísticos, y así sucesivamente. Nosotros planteamos que una parte importante debería volcarse a las provincias. Por eso hicimos pocas iniciativas en la ciudad de Buenos Aires. Pero también muchas veces sufrimos trabas burocráticas. 

Nosotros planteábamos la cultura mirada como proceso y no a través de “eventos”; con esa concepción se hicieron muchísimos recitales y conciertos en todo el país, y nosotros planteábamos que los músicos que participaban también fueran del interior; o sea que lo “federal” no fuera hacer un concierto en Formosa pero el músico viviera en Buenos Aires, sino músicos de la provincia. Eso generaba una erogación presupuestaria mayor por el traslado, problemas burocráticos en los contratos, etc., pero luchábamos contra eso. 

La misma situación se reproducía en las provincias, ya que las capitales provinciales están acostumbradas a generar esta misma relación respecto de los municipios… Es un engranaje muy difícil de destrabar.

 

LN: En medio de la tremenda crisis económica y social que padece el país, y especialmente desde el punto de vista presupuestario, ¿se pueden hacer cosas?

RG: En realidad, no se puede no hacer. El hacer es una obligación. Y, de hecho, siempre se hace… El compromiso, la creatividad de muchos animadores culturales, artistas, y del pueblo en general, hace que por un lado uno sienta que nuestra cultura popular no corre riesgo −a diferencia de lo que quizá suceda en los países llamados “centrales”−, ya que una cosa es lo que aparece en la TV y otra lo que sucede en la vida real. La música de raíz folklórica tiene larga vida. No veo riesgo en eso, salvo quizá las cosas −algunas de mucho valor y otras no tanto− que vienen con esta verdadera inundación de cosas que llegan de afuera. Yo creo que no se debe rechazar porque sí lo que venga de afuera, sino tener una mirada crítica sobre eso y tomar lo que valga la pena.

Entrevista a Sergio Vainroj, Músico y Veterano de Malvinas

El Himno inconcluso

 

¿Cuántas historias valiosas de lucha y de vida ─y de música─ tenemos junto a nosotros, o pasan a centímetros sin que las veamos? También las hay en el SAdeM. Como la de Sergio Vainroj, pianista, acordeonista, flautista, veterano de Malvinas y ejecutante de nuestro Himno Nacional en circunstancias tan inéditas como las que describió para La Nota. Como músico, Sergio es además autor del tango “Soldado bueno”, único homenaje tanguero que se conozca a los conscriptos de aquella gesta. Y como docente donó para nuestra Escuela Popular de Música un material didáctico elaborado sobre la experiencia que aquí relata.

 

LN: ¿Qué trabajos estás haciendo como músico? ¿Cómo llegaste al Sindicato de Músicos?

SV: Yo soy pianista. Ahora tengo 56 años. Estudié desde muy chico y empecé a actuar formalmente a los 14, en el ’77-’78… Mis padres no eran músicos, pero en mi casa se respiraba música, y a mí siempre me gustó la música.

En el Sindicato estoy desde el 2000-2001. Yo venía trabajando desde hacía años como músico solista; formé agrupaciones como pianista y también como acordeonista, pero fundamentalmente soy solista. Durante algunos años me dediqué a la música klezmer, una música de origen balcánico, una especie de fusión con contenidos culturales judíos y otros no. Y también soy docente en escuelas públicas de la provincia de Buenos Aires. En los ’80 trabajé en escuelas e instituciones de la colectividad judía, como docente y como músico, pero ahora hace ya 18 años que me desempeño en el nivel secundario.

La idea de afiliarme surgió por un amigo, yo ni sabía de la existencia de un sindicato de músicos; él me lo sugirió, y la verdad que me causó mucha satisfacción saber que estábamos representados. Y en estos días vine al SAdeM a tramitar mi jubilación. Porque yo, además de músico, soy veterano de Malvinas, soldado conscripto: me tocó combatir en Malvinas, y los veteranos tenemos la posibilidad de una jubilación anticipada; pero hay que reunir 20 años de aportes, y yo tengo 18. Por eso ahora estoy previniendo esa complicación… También tengo una carrera musical ─ya que actué como pianista en teatros, salas, etc.─ y quiero jubilarme como músico; y como muchas veces los músicos no exigimos a nuestros empleadores una constancia, o los empleadores no nos hacen los aportes porque consideran que la música no es un trabajo, resulta que me quedé sin esos aportes. A mí no me falta tanto, sólo dos años: podría trabajar dos años más y prescindir de esos aportes; pero la verdad creo que me corresponde que el ANSES reconozca esos años.

LN: ¿Y en el SAdeM encontraste el respaldo que esperabas?

SV: Sí, muchísimo. La verdad que estoy muy agradecido, porque el SAdeM me hizo una nota, muy linda y muy bien fundamentada, para presentar al ANSES. Así que estoy asombrado, agradecido, y veremos qué curso tiene… Si lo logro, lo consideraría no sólo una satisfacción personal, sino tambièn para todos los músicos. Moralmente nos corresponde, y legalmente sé que hay proyectos de ley para reconocer el trabajo musical. Lo pienso, incluso, a raíz de mi participación musical en Malvinas, un episodio único que me tocó vivir cuando fui prisionero de los ingleses. O sea que el logro tendrìa un valor no sólo individual, sino social.

LN: Según el video que me hiciste llegar, resulta que no sólo sos pianista y acordeonista, sino también flautista…

SV: Bueno, lo que pasa es que yo amo la música desde que nací, y como de chico mis padres no tenían recursos suficientes como para comprarme un piano, me compraron una flauta dulce. Ese fue mi primer instrumento, sacaba al toque cualquier canción. Y me la llevé cuando me convocaron al servicio militar y después a Malvinas, porque me acompañaba a todas partes… Antes de que los ingleses desembarcaran y empezara la guerra propiamente dicha, siempre que me pedían (o que se podía) yo tocaba algún tema en la flauta.

LN: Contanos cómo fue el episodio del piano y el himno nacional que tocaste estando prisionero…

SV: Cuando pasó toda la guerra y tras el alto el fuego se pactó la rendición, pasamos a estar a las órdenes de los ingleses. Nos hicieron caminar encolumnados hasta el aeropuerto a 3 kilómetros para dejar todo el armamento y volver esos 3 km hasta el puerto, donde estaban los buques que nos traerían de vuelta a la Argentina. Yo fui a parar al Canberra, un barco que era inglés pero no de guerra sino contratado a una empresa de turismo; tenía un montón de salones, confiterías, etc. Habían sacado todo lo que tenía que ver con turismo ─mesas, sillas─, pero en una de esas confiterías, donde nos alojaron el primer día, no habían podido sacar el piano. Nos hicieron sentar en ese gran salón. Éramos unos 300. Yo, desde chico, donde hay un piano me olvido de dónde estoy y quiero ir a tocar… Le di con el codo a mi amigo Carlos Sabin (más tarde fallecido en un accidente, en el 2003), le mostré el piano, y él me alentó a que fuera a tocar. Yo le dije que éramos prisioneros, que nos iban a matar. Pero él me alentó. Así que me acerqué al soldado ingés que estaba junto al piano y le dije “I play the piano”. “OK”, me dijo, y levantó la tapa del piano. Empecé a tocar: Bach, “Adiós nonino” de Piazzolla, “Let it be” de Los Beatles que los soldados ingleses empezaron a tararear…

En ese ambiente calefaccionado al que llegábamos después de días de soportar llovizna y temperaturas bajo cero, se creó un gran silencio… Hasta que Carlos Sabin me dijo “Sergio, tocá el himno”, y otros compañeros insistieron. Yo interpreté esa necesidad, ese sentimiento de identidad; era como decir “estamos prisioneros pero la peleamos hasta el final”. Y empecè con los acordes del Himno Nacional. Llegué a tocar una buena parte. Para los soldados ingleses era una música más, pero un oficial argentino dijo “Soldados, todos de pie!”, y todos se pararon. Fue una reacción instantánea. Los ingleses no entendían nada, pero se dieron cuenta de que pasaba algo: empezaron a pedir refuerzos, escuchábamos las botas corriendo por los pasillos, y empezaron a gritar “Sit down!. Sit down!”. El inglés que me había abierto el piano me revoleó y me empujó con la culata del fusil, y fui a caer sobre mis compañeros sentados en el piso. Todavía me acuerdo del ruido de las correderas de los fusiles y los soldados apuntándonos…

Durante muchos años yo no conté este episodio, porque a la vuelta al continente los militares nos obligaron a firmar un pacto de silencio: sólo se nos permitía hablar de la geografía de Malvinas, pero nada de la guerra… Costó muchos años hablar sobre Malvinas. Pero un día lo conté, y mi papá me sugirió escribirlo. Lo escribí y lo presenté, con el título “El Himno inconcluso”, en un certamen literario del Ejército sobre historias verídicas de guerra. Y obtuve el 2° premio.

Después de Malvinas, a nosotros la dictadura nos mal llamó “Los chicos de la guerra”, como aquella película de Bebe Kamin que es muy pobre, porque no refleja lo que fue esa guerra. Nosotros éramos chicos de edad ─teníamos 18 o 19 años─, pero lo guerra nos hizo hombres de un día al otro: bailar con la muerte todos los días, y ver morir a compañeros, fue dejar de ser “chicos”, y pasar a ser combatientes por la vida. La causa era muy justa porque se trataba de la soberanía nacional, y por todo el apoyo popular que hubo; pero no estuvo bien manejada. La causa de Malvinas la tenemos metida desde la infancia y desde muchas generaciones atrás, por razones territoriales y también históricas. Es un tema colonial. Pero esa guerra fue un invento de la dictadura para quedarse, porque ya se terminaba su “misión” en la Argentina, como en toda América Latina…

LN: Por eso tocar el Himno en esas circunstancias fue un gesto muy simbólico. Supongo que muchos de tus compañeros te lo habrán dicho después…

SV: Sí, me lo dijeron y me lo siguen diciendo. Y más cuando se supo quién había sido el que tocó el Himno, por ejemplo en una de nuestras reuniones de los viernes en el Centro de Veteranos de Guerra de Morón, al que pertenezco.

Incluir a los músicos en los derechos y beneficios de la seguridad social

Entrevista a Ricardo Vernazza, Secretario General del SadeM

“Incluir a los músicos en los derechos y beneficios de la seguridad social”

En el último período hemos estado encarando algunas cuestiones importantes, relacionadas con reivindicaciones históricas que venimos planteando desde hace mucho. Entre ellas se destaca la creación de la Comisión por la Inclusión del Músico en la Seguridad Social. La comisión se formó a partir de algunos reclamos que hicimos ante el Ministerio de Trabajo y en particular ante el Secretario de Seguridad Social, Juan Carlos Paulucci, respecto a temas que afectan a los músicos como jubilación, pensión por fallecimiento, asignaciones familiares, desempleo, seguro de riesgo de trabajo, obra social, etc.
Tuvimos una muy buena respuesta. Paulucci en los ’60 fue presidente de la Caja de Recaudación Previsional; participó de la reglamentación de la Ley 14.597. En aquel momento se reunía con APO, con el SAdeM y con la Cámara, y como entonces no se pudo hacer, nos dijo que quería dejarlo realizado en esta nueva gestión. A partir de eso se formó una comisión con 3 personas de cada lado: del lado del Ministerio, él personalmente con dos de sus asesores, y por el SadeM estamos participando la presidenta de la Obra Social y Secretaria de Organización del Sindicato, María Laura Vigliecca; como asesor legal el Dr. Gerardo Juara, y yo como Secretario General del SadeM.

O sea con una representación doble: del SadeM y de la OsdeM…

La idea de que concurra la presidenta de la Obra Social es porque hay que cubrir las dos cuestiones. La Obra Social tiene un grave inconveniente: la Superintendencia no reconoce las especificidades del músico como trabajador, y la ley de prepagas ha dejado sin salud a una cantidad de músicos, que por no tener aportes registrados no los podemos atender; y desde la Superintendencia también hay una intención de atender a esos músicos, pero como tiene que haber un encuadramiento sindical en el Ministerio de Trabajo esta Comisión es el mejor lugar para hacerlo…
Y por el otro lado está todo lo que tiene que ver con las condiciones de trabajo. Nosotros planteamos, como propuesta de trabajo, los proyectos de ley que en distintos momentos ya hemos presentado ─el último fue el que perdió estado parlamentario en el Congreso el año pasado, y que fue firmado por el diputado Omar Plaini─, con la idea de incluir en los beneficios de la seguridad social a todos los trabajadores músicos eventuales del país.

¿Eso requiere una ley especial?

Estamos viendo cuales son los temas que se deben tratar, para luego ver qué normativa es la que se requiere: si es necesario una nueva ley, o reglamentar la ley existente…. Nosotros nos estamos encargando específicamente de las condiciones de trabajo del músico, y ellos están estudiando los sistemas de seguridad social que hay en otros lugares de mundo y cómo se pueden aplicar acá, principalmente de qué forma aporta el empleador a este sistema. Hay dos sistemas en estudio, el francés y el español. El secretario Paulucci se inclina más por el español, pero eso todavía está en estudio. El principio general siempre es que el músico esté incluido en los beneficios de la seguridad social que tiene cualquier otro trabajador: jubilación, pensión por invalidez, pensión por fallecimiento del titular, asignaciones familiares, desempleo, obra social, seguro de riesgo de trabajo…

Otra de las preocupaciones del secretario de Seguridad Social es el tema de las enfermedades profesionales. Nos está gestionando una entrevista con la Superintendencia de Riesgos del Trabajo para relevar las enfermedades específicas de los músicos, y los grados de incapacidad total o parcial que puede tener cada enfermedad. Porque hay enfermedades que a cualquier otro trabajador lo incapacitan parcialmente pero le permiten seguir trabajando, pero que al músico lo obligan a retirarse. Esto está sucediendo mucho en organismos nacionales o provinciales, donde los gobiernos lo que “ofrecen” es que ese compañero deje de estar en la orquesta o en la banda y pase a un puesto administrativo; nosotros lo que reclamamos es que se jubile por incapacidad, porque es lo que corresponde, como pasaría por ejemplo si ese compañero, en lugar de tocar un instrumento, manejara una ambulancia: si ya no puede manejar a nadie se le ocurriría pasarlo a administrativo, lo jubilarían…

Y también ver las enfermedades que incapacitan a los músicos parcialmente, para que sean reconocidas con permisos médicos del empleador. Porque por ejemplo, no es lo mismo tomar un antihistamínico para un empleado cualquiera que para un músico; ese simple medicamento tiene contraindicaciones para las tensiones musculares que perjudican la correcta ejecución del instrumento.
Así que son toda una variedad de temas que están para ser abordados en esta comisión. Por eso le estamos dedicando mucho de nuestro tiempo y de nuestro trabajo. Y, ya que para eso nos sentamos en el Ministerio de Trabajo, estamos llevando también otros temas, como la extensión territorial del SadeM a todo el país, la homologación de un contrato de trabajo en el marco de la 14.597, las incompatibilidades que tiene el músico para trabajar en el Estado, el abuso de los playback, y otros que no son de la órbita de la seguridad social pero sí están en el ámbito del Ministerio de Trabajo.

(2ª parte)

“Cuando reclamamos con carta-documento, nos quieren acusar de ‘coacción agravada’…”

¿En qué punto están actualmente las negociaciones paritarias de los músicos?

Actualmente tenemos varias paritarias en discusión. Con mucha dificultad, en primer lugar por la crisis económica: hay lugares a los que la crisis los golpea duramente, como los pubs y otros lugares de la noche, donde recibimos de los empresarios un mar de lágrimas por la situación que tienen, ya sea por las tarifas de los servicios o por la baja de la concurrencia. La crisis hace que a la gente le falte el peso en el bolsillo, y lo primero que se suele cortar es la salida a ver un show, o van 8 personas y se limitan a tomar dos cervezas… Otro ejemplo es que el BAMúsica, que es un subsidio que se les da a los lugares de música en vivo, que en 2016 algunos locales lo pedían para pagar el alquiler o equipamiento, hoy lo están usando para pagar las facturas de la luz, de gas o de agua. Quiere decir que el valor de esas facturas ya supera el alquiler del propio local… La crisis y el tarifazo, una coyuntura que castiga al trabajador desde todos lados. Sumado a que las negociaciones no son en el mejor clima, el operativo de inspecciones con la Dirección de Protección del trabajo realizadas a los boliches este verano generó multas por el incumplimiento de convenio colectivo, lo que se notó al momento de la negociación.  

Y frente a eso ¿cuál es la propuesta que llevamos a las negociaciones?

Bueno, lo que nosotros llevamos es una propuesta de aumento salarial. Es muy amplia, porque allí están también las negociaciones con hoteles, restaurantes y demás. Y nosotros lo que buscamos es mantener el poder adquisitivo del salario en ese sector. Pero por un lado interfieren los problemas que hemos enumerado, y por el otro la política del Ministerio de Trabajo, que hoy, si la propuesta que se acuerda supera la pauta del 15 por ciento, no es como hasta el año pasado que no lo homologaba, sino que ni siquiera te lo reciben.

Y esto complica mucho la negociación, y por eso estamos en plena discusión de alternativas ─porque nuestra propuesta supera ese techo fijado por el Estado─, como por ejemplo firmar por períodos más cortos, reconocer adicionales, etc. Lo cual genera otros conflictos, porque eso supone tener paritarias cada seis meses… Ahora tenemos una contrapropuesta de la Cámara que admitiría esa posibilidad. Estanos hablando de la paritaria con la Asociación de Hoteles, Restaurantes y Confiterías ─que es nacional─, y también con la de Televisión Abierta; y ambas en el mismo sentido, de modo de lograr tener en el primer semestre una tarifa homologada en todos los lugares posibles, para después seguir con las inspecciones donde no se cumplan.

La situación es crítica en los dos rubros, porque en televisión son pocos los canales o los programas que pueden estar en una situación más holgada. La crisis golpea por ambos lados, por el de la repercusión que la crisis tiene sobre las actividades culturales, y el de los topes que el gobierno nacional pone a los aumentos.

¿Y en Publicidad?

Bueno, ahí estamos en una avanzada mucho más fuerte. La paritaria en el Ministerio de Trabajo hace 20 años que no avanza, así que ya hicimos directamente un reclamo a todas las agencias de publicidad para tener una negociación directa con ellos.

Ahí también tenemos una situación difícil, ya no tanto por la crisis, porque éste es un sector al que la crisis todavía no lo golpeó tan fuerte, pero sí por la coyuntura general, porque el ministerio y la Justicia acompañan la posición dura del empresariado, y entonces es normal que nosotros enviemos, por ejemplo, una carta-documento a una agencia o a cualquier empleador y nos contesten que ellos “no contratan músicos”, o “no tengo nada que ver con ustedes”, e incluso que el último párrafo diga que si les mandamos otra carta-documento nos van a iniciar juicio penal por “coacción”, etc. Increíblemente, hoy para el sistema reclamar un derecho con una carta-documento es “coacción agravada”, como si fuéramos a apretarlos con un revólver… Hoy ya no existe el derecho a reclamar, todo lo que uno pide lo caratulan de “coacción agravada”: esos son los términos con que vienen devueltas nuestras demandas.

 

 

Entrevista a Marcelo Levicoy, Secretario Gremial del SAdeM

Entrevista a Marcelo “Máquina” Levicoy, dirigente del SAdeM nacional y de la CGT Ushuaia con el cargo de Secretario Gremial en ambas instituciones.

“Con estas políticas de destrucción del mercado interno, ¿a quién se le va a vender un show?”

La Nota entrevistó a Marcelo Levicoy (“Máquina”), secretario gremial nacional del Sindicato Argentino de Músicos (y temporariamente también de la regional Tierra del Fuego del SadeM) y secretario gremial de la CGT Ushuaia, quien el 15 de noviembre interrumpió por unos minutos su participación en el plenario que las CGT de Río Grande y Ushuaia realizaban en Tolhuin.

 

LN.- ¿Cómo es la situación actual en Tierra del Fuego? 

M.L.- En la provincia tenemos un gobierno que fue socio del gobierno nacional y que ahora implementa las políticas tributarias que van a afectar fuertemente a la industria fueguina y el crecimiento y el desarrollo de la provincia de acá a 20 años.

La ley tributaria termina echando por tierra a la industra fueguina, dejando en primera instancia casi 10.000 desocupados, fundamentalmente por la eliminación o la reducción de los impuestos a las importaciones. Hay que entender una cosa: la misma gente que fabrica acá son los dueños de las licencias de importación. Por lo tanto ¿para qué van a seguir produciendo en Tierra del Fuego y pagando salarios, si el producto lo pueden importar directamente de China sin pagar la mano de obra y maximizando la plusvalía? Pero esto se traduciría en desocupación inmediata de unos 10.000 trabajadores que, sumado a lo que ya se viene acarreando, estaríamos hablando de que cerca de un 10% de la población de Tierra del Fuego perdería su fuente de ingresos.

Desde principios de 2015 ya se han perdido 7.500 puestos de trabajo, solamente en el sector industrial. Y a eso hay que agregarle otras pérdidas de puestos de trabajo en empresas de servicios y tercerizadas que prestaban logística a las fábricas. Y esto sumado a los “contratos basura”, que ya precarizaban las relaciones laborales.

Ahora, con la modificación tributaria y la eliminación del arancel del 17% que se cobraba a la importación de celulares, televisores y monitores, se empezó a hablar de un plan de “competitividad”, que para los sindicatos se traduce en pérdida de fuentes de trabajo y flexibilización de los cnotratos, con el fin de bajar el “costo laboral”.

Para nosotros esto es nefasto. Es más de lo mismo; más del ajuste que viene desde enero de 2016.

Vuelvo a insistir, y repito mis palabras de allá por enero de 2016: Tierra del Fuego fue un laboratorio del ajuste. Desde aquel entonces vienen preparando todo, yendo convenio por convenio y montando la “reforma” laboral. Así es como se llega, por ejemplo, al convenio que acaban de imponerle a la UOM de Tierra del Fuego desde la UOM nacional en acuerdo con el gobierno provincial de Bertone, apretando y chantajeando al gremio local con despidos masivos para que lo firmaran. La situación en que pusieron a la UOM es: aceptás esto o se quedan diez mil personas sin trabajo. Estamos en una situación en que las direcciones gremiales nacionales están entregando a las regionales…

 

LN.- …Toman esos convenios locales como “casos testigo” para después llevarlos al nivel nacional.

ML.- Claro. Y además está el desgaste que acá se está “comiendo” el compañero Martínez, que es el secretario general de los metalúrgicos de la provincia, que le están haciendo pagar el costo y lo usan para borrarlo del mapa, porque es un compañero que podría movilizar a 7.000 trabajadores…

 

LN.- ¿En qué punto está el cambio de la ley tributaria en la provincia?

ML.- Hasta donde nosotros sabemos, la reforma tributaria se aprueba. Ya está negociada con diputados y senadores y de hecho, menos el Frente para la Victoria y la izquierda, ya tiene acuerdo de prácticamente todas las bancadas.

 

LN.- ¿Y en cuanto a la situación de los músicos en Tierra del Fuego?

ML.- Y bueno, si la economìa de la provincia se cae, si se congelan los salarios, si se destruye el mercado interno, el consumo, lo primero que se va a reducir es nuestra actividad, que pasará a ser un divertimento, o mero esparcimiento. Y eso es lo primero que uno recorta cuando tiene que parar la olla. Así que esto necesariamente se traducirá en que los músicos de la provincia quedemos sin trabajo. Cada vez habrá menos lugares para tocar, empezará la presión por cobrar menos que lo que se tiene que cobrar…

Justamente hoy estábamos reunidos en el Centro de Empleados de Comercio: los comerciantes están preocupados y dicen “¿A quién le vamos a vender ahora?”. Claro: con salarios congelados, con achiques en el Estado todo el año pasado, con la pérdida de 7.000 puestos de trabajo, con contratos basura… ¿A quién se le va a vender un show, una cena..?

 

LN.- ¿Todo esto tiene relación con la criminalización de la protesta en Tierra del Fuego, que viene acentuándose desde hace años? ¿En qué punto están los juicios a los dirigentes combativos?

ML.- Fue necesario desgastar a los dirigentes combativos para que estas medidas pudieran avanzar: poniéndonos bozales legales, embargos preventivos, judicializando, sumando causas, debilitando a las conducciones para que estas medidas antiobreras pasen sin problema… Desde enero de 2016 se preparó el terreno para implementar estas medidas.

Todo esto ya estaba acordado. A tal punto que el mismo Marcos Peña Braun dijo que la gobernadora Bertone ya tenía conocimiento de todas las medidas desde hace un año. Ahora Bertone sale a rasgarse las vestiduras, pero ella es totalmente funcional al gobierno, y juega a dos puntas.

En cuanto a los juicios, en mi caso particular se trabó embargo preventivo por 200.000 pesos, y si sigue esta vía terminaremos en la Corte Suprema. Los demás dirigentes están en la misma situación. La idea del gobierno es descabezar el movimiento obrero para poder hacer pasar el ajuste: la misma metodología que implementaron desde enero de 2016. Mientras nosotros sigamos resistiendo a estas políticas, las causas van a seguir avanzando. Y nosotros obviamente vamos a seguir resistiendo.

 

María Laura Vigliecca: “Vamos por el SadeM federal”

Entrevista a María Laura Vigliecca

“Vamos por el SadeM federal”

El Sindicato Argentino de Músicos marcha a nuevas elecciones de su conducción nacional el próximo 2 de agosto. LA NOTA conversó con María Laura Vigliecca, actual Secretaria de Organización, para tener su visión sobre la situación general de los trabajadores de la música y hablarnos de la plataforma que la LISTA CELESTE presenta para el nuevo mandato.

 

¿Qué situación viven hoy los músicos, transcurrido un año y medio desde la asunción del gobierno nacional de Mauricio Macri?

MLV: La situación actual es muy mala, y tiende a empeorar como consecuencia de la política económica del gobierno que golpea a los trabajadores y a los sectores más vulnerables.-  Lo cierto es que el gobierno anterior, por los músicos en particular no hizo mucho. Por supuesto que ha habido políticas culturales y de empleo que de alguna forma implicaban fuentes de trabajo, pero en materia de derechos, los músicos no fuimos los más beneficiados, lo que nos ubica en un lugar de mucha debilidad normativa para enfrentar la realidad que nos presenta el modelo neoliberal del macrismo.-  En 2006 nos derogaron la reglamentación de la ley 14.597 por la presión de algunos compañeros a los que, tal vez, no supimos transmitir lo que veíamos que se venía, y por muchos otros músicos que al amparo del éxito en su profesión se convirtieron en empresarios de sus propios grupos.- Así perdimos la posibilidad de exigir en el ámbito nacional la confección del contrato de trabajo escrito.- Parece poco pero esto impacta directamente en los modos de contratación y transforma la pelea en titánica a la hora de exigir que nuestro trabajo se enmarque en la legislación laboral con todos los beneficios que ésta otorga a los trabajadores.

Luego vino la reglamentación de la ley de medicina prepaga, en la que se estableció que los trabajadores que no tuvieran aportes a las obras sociales por el sistema relación de dependencia permanente, no fueran considerados  titulares del derecho de acceder al sistema solidario de salud.- Quedamos afuera de este beneficio casi el 90% de la profesión ya que los músicos somos trabajadores eventuales, salvo los compañeros que trabajan en las orquestas estables. El gran objetivo es llegar con la OSdeM a todo el país: éste es uno de los desafíos que nos planteamos para el próximo mandato.-

Después vino Macri con su neoliberalismo reciclado y recargado. La política del actual gobierno profundizó la crisis. Se cierran de manera constante las fuentes de trabajo en el ámbito privado y se redujeron fuertemente las contrataciones en el ámbito público, consecuencia del corrimiento del estado y la falta de políticas culturales.- Sin contar con el achicamiento del mercado interno, la pérdida del poder adquisitivo del salario impacta directamente en nuestra profesión, lo primero que abandona un trabajador cuando la guita no alcanza es el acceso a los espectáculos, dejamos de ir al cine o al teatro, o a un show, ya que el incremento en los precios de la canasta básica, los tarifazos, los recortes en subsidios, el alza en el costo del combustible y el transporte impactan directamente en el consumo. Hoy el salario solo alcanza, en el mejor de los casos, para comer y pagar el gas.-  No podemos cuantificar despidos y baja en la actividad, ya que no existen estadísticas, pero podemos decir que el impacto de las políticas de Macri en el área de cultura es por demás preocupante y no se vislumbra un cambio de rumbo en ese sentido, más bien lo que vemos a futuro es el recrudecimiento de estas medidas, por eso nos perece indispensable avanzar en la construcción nacional.-

 

¿Sigue estando dentro de los proyectos del SAdeM la Ley del músico?

MLV: Claro que sí. La derogación por decreto de la reglamentación del Estatuto Profesional fue un golpe durísimo para profesión. Pero en 2009, ni bien ganamos la conducción,  nos pusimos a trabajar en un anteproyecto de ley que supla a la 14.597, lo discutimos a través de redes sociales y reuniones con compañeros que fueron enriqueciendo el proyecto. Una vez redactado lo presentamos de la mano del diputado Plaini y lamentablemente no fue tratado con lo que perdió estado parlamentario.-  Tenemos la intención de volver a presentarlo. No obstante, y como parte del plan de acción discutido y aprobado en los dos plenarios de delegados nacionales que ya hemos realizado, estamos discutiendo proyectos de ley provinciales en Córdoba, Tucumán, Misiones y Jujuy; en Chubut y Tierra del Fuego ya fueron aprobadas y estamos trabajando sobre la reglamentación.

En esos anteproyectos provinciales, tanto como en el proyecto de ley nacional, se articulan derechos como el contrato escrito, la jornada laboral, la salud, entre otras cosas, y fundamentalmente se intenta establecer un mecanismo de aportes para poder acceder a la jubilación, derecho del que estamos excluidos desde siempre. Si bien hemos podido jubilar a algunos compañeros a través de un acuerdo con el SAdeM, el objetivo es instituirlo e incluir a todos los compañeros en este beneficio.

 

¿En qué punto está ese gran objetivo “histórico” que es la federalización del SAdeM?

MLV: La federalización del SAdeM es “EL proyecto” de esta agrupación. Estamos convencidos de la necesidad de hacer crecer el Sindicato y transformarlo en único y federal. El mapa de la Argentina está atomizado con la existencia de algunos sindicatos en algunas provincias que le dan pocas respuestas a los trabajadores, y cuya fuerza es muy cuestionable ya que se enmarcan en territorios pequeños y con poco acompañamiento de sus bases.

La creación del SAdeM nacional apareció como una necesidad para enfrentar la flexibilización de los 90, que impactó directamente en nuestra profesión generando un cambio cultural inmenso en que los músicos dejamos de sentirnos trabajadores y en un instante pasamos a ser considerados independientes. Estaba claro que había que construir una herramienta capaz de dar batalla a la desregulación de nuestra actividad y resistir la pérdida de derechos que nos empujaba con cada vez más fuerza a la nada. Así en hace 8 años, ya habiendo ganado la elección, pusimos en marcha la transformación del sindicato, reformamos el estatuto incorporando la figura de las seccionales y reglamentamos su funcionamiento, discutimos CCT con aplicación nacional, presentamos los pedidos de extensión de las personerías de SAdeM y OSdeM, abrimos seccionales y comenzamos a caminar.

En la actualidad hay sedes conformadas y en pleno movimiento en Tucumán, Jujuy, Córdoba, Chubut, Tierra del Fuego y Misiones; y avanzamos en la apertura de Santiago del Estero y San Juan. La OSdeM ya tiene personería nacional.

Hoy nos estamos planteando un nuevo objetivo. Más allá de continuar llegando allí donde aparezca la necesidad, queremos dar un nuevo paso en este proceso de federalización. Hoy estamos incorporando como candidatos a la conducción nacional y al directorio de Obra social a delegados de todas las seccionales.  Creemos que es estratégico sumar a estos compañeros al órgano de conducción más importante del sindicato: con ello le estaremos imprimiendo al Consejo Directivo Nacional esa mirada federal y abarcativa, sobre todo cuando la realidad indica que necesitamos de manera urgente diseñar un plan de acción nacional para enfrentar el ajuste feroz que el gobierno nacional viene aplicando, y que promete agravarse después de octubre.

 

¿Cuál es la propuesta para profundizar la federalización?

MLV: En principio, nos proponemos avanzar en una nueva reforma estatutaria que le dé autonomía política y económica a las seccionales. Y esto tiene una explicación muy sencilla. Como dije, la necesidad del SAdeM nacional nació en los 90 cuando intentaron que los músicos fuéramos incorporados a las filas del trabajo autónomo. Hoy la gran dificultad que los trabajadores de la música tenemos en el interior del país es que nos obligan a tramitar el monotributo y facturar como independientes. En un contexto de cierre de fuentes de trabajo ese monotributo termina siendo una deuda, ya que lo tramitamos para facturar una actuación cada tanto, aunque la obligación fiscal es todos los meses. Y eso sin contar que la simple figura de la locación nos excluye de los beneficios que otorgan los CCT y la legislación laboral, convirtiéndonos en socios de los empleadores solidariamente responsables civil y penalmente. Esto nos obliga a nacionalizar la caja de salarios que administramos por ley y abrirla en cada una de las seccionales, con el objeto de garantizar el pago de las actuaciones a través del CUIT del SAdeM y fundamentalmente controlar que se abonen los mínimos de convenio; allanando, por otra parte, la discusión acerca del vínculo establecido entre el empleador y el músico.

Por otro lado, y fundamentalmente, debemos garantizar que las conducciones seccionales dejen de ser un brazo de la conducción nacional y sean elegidas directamente por los compañeros de cada provincia. Si bien el estatuto actual establece la delegación de mandato por parte del CDN, nosotros lo hemos hecho respetando las decisiones de las asambleas seccionales; pero es hora de instituirlo y garantizar la continuidad o no de las direcciones seccionales por el voto directo de los compañeros de cada región. Dicho de otra forma: queremos que los dirigentes seccionales dejen de ser delegados nuestros en la provincia y se transformen en delegados de las provincias ante el CDN.

 

¿Qué propuestas son las más importantes en el proyecto o plataforma que presentan en la elección?

MLV: La primera, la fundamental te diría, es profundizar el proceso de federalización iniciado hace ya 8 años. ¿Cómo pensamos hacerlo? En principio, como dijimos, incorporando a la conducción dirigentes de las diferentes seccionales. En segundo lugar nos proponemos avanzar en la reforma estatutaria para darles a las seccionales mayor protagonismo e independencia.

Trabajar para la apertura de la caja de salarios en las seccionales y discutir en territorio CCT específicos enmarcados en los CCT ya nacionalizados.

Además nos planteamos continuar con la apertura de sedes de OSdeM en cada provincia. Por ahora sólo abrimos Santa Fe y Córdoba, pero ya estamos trabajando para llevarla a Chubut y Tierra del Fuego. Y tenemos que mencionar también el armado del Centro de Derivación que acabamos de estrenar en el subsuelo de nuestro edificio de la Av. Belgrano en Buenos Aires. La idea es trabajar en los consultorios un centro de atención especializado en salud mental y que atienda fundamentalmente adicciones y violencia de género, dos problemáticas que atraviesan nuestra profesión de manera transversal. Y ya como muy ambicioso ─pero no dejamos de soñarlo─, tenemos el proyecto de conformar un equipo interdisciplinario que aborde las patologías profesionales con políticas de prevención. Y para ello nos parece estratégico articular con la Secretaría de Cultura del Sindicato, incorporando estos temas en la currícula de la EPM.

Por último estamos pensando en federalizar también la Escuela Popular de Música y transformarla en una herramienta de formación y capacitación que atienda la problemática de la profesión de manera integral; que se ocupe de formar músicos conscientes del mercado al que se incorporarán como trabajadores a la hora de egresar.

Nuestra profesión cambió de manera paradigmática hace ya un par de décadas. De alguna manera hay que nutrir los programas de estudio para que los pibes sepan, cuando egresan, cuál es la realidad y cómo se mueve el mercado de la música hoy en día. No sólo desde el punto de vista laboral ─cuáles son los derechos, qué convenios rigen la actividad, la obra social etc.─, sino también incorporar contenido acerca de la autoproducción y difusión de las obras, seguridad en el escenario, el derecho intelectual, y la capacitación sindical. Cada año egresan de la EPM y del Instituto Superior de Música Popular decenas de músicos que engrosarán las filas de “monotributistas” y que no tendrán la menor idea de los derechos que nos asisten en el ejercicio de la profesión si no modificamos el concepto con el que encaramos la formación y capacitación en la EPM.

 Eso sonó a autocrítica, no?

MLV: Seguro, y no es la única. Creo que nos hemos equivocado en muchas cosas: es el riesgo que se corre cuando caminás por terreno desconocido y el proceso de federalización es algo nuevo que constituye en sí mismo un desafío inmenso para nosotros. Nos equivocamos por ejemplo, a mi criterio, en la manera de comunicar. No supimos hacer público el inmenso trabajo hecho hasta acá, ni lo estratégico que significa el armado del sindicato único. Muchos compañeros no tienen idea del cambio estructural que está en marcha en el SAdeM, y que no la tengan es responsabilidad nuestra.

Otra cuestión en la que estamos demorados es en la reestructuración administrativa del SAdeM, en preparar la institución para contener la apertura de cada vez más seccionales y todo lo que ello implica. Pensar en un  equipo de dirigentes, gerentes, empleados administrativos e inspectores formados en este concepto federal del sindicato es algo que nos debemos. Ya comenzamos a trabajar en ese sentido. Quien visite la institución en estos días podrá verlo, desde la redistribución de espacios físicos hasta el programa de capacitación para el personal administrativo que estamos arrancando este mes. Venimos demorados en esta tarea, que debimos arrancar hace un tiempo ya.

Sin ir más lejos, seguimos con el mismo reglamento electoral de hace 20 años, cuando este sindicato votaba autoridades en CABA y Gran Buenos Aires. Hoy los plazos son insuficientes, y se trabaja a destajo para cumplirlos, ya que incorporamos mesas de votación en 5 provincias. Si se considera lo inmenso que es este país, se entiende que es necesario ampliar esos plazos y hacerlos más cómodos y amigables para quienes participamos del proceso electoral. .- En fin, si algo aprendimos en este camino es que los músicos necesitamos una herramienta eficaz que nos permita pelear por nuestros derechos, que ese camino es arduo, lento por momentos y plagado de dificultades, pero sin duda estamos preparados para enfrentar el desafío, encarar la nueva etapa y avanzar en la construcción del SAdeM Federal.-

 

Entrevista a Ricardo Vernazza, Secretario General del SAdeM

Con la llamada ‘libertad sindical’ quieren debilitar al movimiento obrero e imponer la flexibilización laboral”

LN.- Estuviste en Chile dando un curso de capacitación para dirigentes de músicos.  ¿En qué consiste esa capacitación? ¿Se trata de conocer las normativas internacionales que atañen a los músicos?

Estuve en Chile los días 29 y 30 de noviembre y 1º de diciembre, en el Taller “Organización Sindical e Igualdad de Género” que se llevó a cabo en Santiago. El objetivo era capacitar a dirigentes sindicales chilenos en temas como Propiedad Intelectual y Gestión Colectiva, Comunicación Interna y Externa y Modernización Sindical, Derechos Laborales, Transparencia y Gobernabilidad e Igualdad de Género. La FIM,además, nos presentó sus campañas internacionales.

También participaron la compañera Deborah Cheyne, Presidenta del Sindicato de Músicos de Rio de Janeiro y Vicepresidenta de la FIM, y Benoît Machuel, Secretario General de la FIM. Y hubo exposiciones de expertos chilenos en Derecho Intelectual, y otros de la OIT y de la Sociedad de Gestión de derecho de intérprete.

De la capacitación participaron los compañeros propuestos por el Sindicato de Músicos de Chile (Sitmuch) y de otros sindicatos de músicos de ese país. Fueron tres días muy interesantes de intercambio de experiencias.

LN.- ¿Cómo viste la situación de las organizaciones sindicales que representan a los músicos en Chile?

Creo que Chile es el mejor ejemplo de hacia dónde el capitalismo internacional y su llamada “libertad sindical” nos quieren llevar: a debilitar al movimiento obrero e imponer la flexibilización laboral.

Chile tiene registrados unos 12.000 sindicatos en condiciones de discutir condiciones de trabajo, cuando en Argentina, con más del doble de trabajadores, solo hay 1.300. Allá los convenios colectivos se discuten por empresa, y las empresas tienen la posibilidad de crear registros parcializados de su explotación, por lo cual una empresa con muchos trabajadores puede discutir en forma parcial sus condiciones de trabajo. Esto genera una dispersión del movimiento obrero, que es la ganancia de los empresarios…

En el caso de los sindicatos de músicos es lo mismo: conocí al menos seis sindicatos que representan músicos en alguna actividad, y las atipicidades de la profesión -como la multiplicidad de empleadores- complican aún más la posibilidad de tener convenios colectivos que les garanticen condiciones de trabajo decentes a los trabajadores músicos chilenos. Aunque tienen una ley nacional que obliga a firmar contratos, no hay organizaciones fuertes que lo puedan controlar. Los compañeros de los sindicatos de músicos chilenos tienen mucho trabajo para poder generar una organización que dignifique la profesión de músico.

LN.- ¿Cuál es la inserción actual del SADEM en la FIM? Entiendo que tu designación como capacitador implica un reconocimiento, tanto personal como hacia el SADEM…

El SAdeM está visto en la región y en el mundo como un ejemplo exitoso de sindicato del sector, y el movimiento obrero argentino es un modelo admirado en el mundo. De modo que nuestras experiencias son muy tenidas en cuenta cuando se quieren mostrar ejemplos que les puedan servir a los compañeros en su organización, en la región latinoamericana y en el mundo.

La normativa laboral argentina relativa a los músicos es una gran fuente de legislación internacional. La Ley del Ejecutante Musical, la Condición Fiscal del músico, los Convenios Colectivos, y los Libres Deudas en los medios de comunicación y en el cine, son herramientas que están a la altura de las mejores normativas internacionales.

La Obra Social de Músicos (OSdeM) también es un ejemplo en el mundo, ya que no hay otro sindicato de trabajadores músicos con su propio servicio de salud. Y la Escuela Popular de Música y el Instituto Superior de Música Popular, el estudio de grabación del SAdeM, el Pub y los servicios de turismo y recreación también son muy valorados.

En lo personal, para mí es un orgullo ser quien muestre nuestra organización, tanto en lo que nos va bien como en lo que no nos sale tan bien… Y el mayor orgullo lo tuve cuando fui elegido por la FIM para estar entre los delegados que representamos a los trabajadores en el Foro de discusión sobre la situación laboral en el ámbito de los medios y la cultura en la OIT, que se hizo en 2014 en Ginebra. Fui uno de los ocho representantes de actores, periodistas, técnicos y músicos: una experiencia espectacular.

En la semana del 12 de diciembre de 2016, además, se realiza en Lima, Perú, una reunión de sindicatos de músicos de toda la región latinoamericana, donde participa muy activamente nuestra compañera María Laura Vigliecca.

LN.- 2016 fue un año de muchos cambios en la Argentina. ¿Cómo se posiciona el SAdeM frente a las cuestiones referidas a la situación de los trabajadores: la CGT, la posible convocatoria a un paro general, la cuestión del llamado “impuesto a las ganancias” (incluyendo las exenciones que ahora se debaten en el Congreso), etc.?

Efectivamente hay muchos cambios, en un momento económico que desde el 2015 impactó profundamente en el trabajo de los músicos. El 2015 fue un año electoral, con muchas elecciones: seis en Capital, otras tantas en cada distrito… Y eso siempre impacta en el trabajo de los músicos, ya que las propuestas políticas inundan los medios y las calles, por lo que muchos empresarios no arriesgan en propuestas musicales ya que la difusión es tapada por la política.

Si le sumamos a esto que ya abundaban los problemas económicos, tanto en Argentina como en la región, resultó un año muy malo para el trabajo de los músicos. En estas condiciones fue que debimos encarar un cambio de gobierno nacional. Y tenemos ahora un gobierno que, además de favorecer esta situación, la profundizó con los tarifazos y su correspondiente impacto en los costos de las producciones musicales, el abrupto quite de la pauta oficial que desfinanció a la mayoría de los medios de comunicación -lo que provocó la desaparición de muchos puestos de trabajo y el ajuste de los pocos que quedaron-, y la profundización de la crisis económica de los hogares, donde hoy las familias se preocupan más por llegar a fin de mes con comida en la mesa que por ver un show.

Nuestro mayor esfuerzo en las paritarias estuvo destinado a mantener el salario en los mismos niveles de poder de compra sin perder fuentes de trabajo, ya que el carácter eventual característico de nuestra profesión hace que el empresariado acepte un nivel salarial y luego lo distribuya en menos bolsillos. Y trabajamos en conjunto con los demás sindicatos estatales para resistir los despidos de trabajadores en el Estado.

Donde sentimos el impacto fue en la organización sindical. El aumento de los costos hizo que tuviéramos problemas para pagar los sueldos a los empleados del SAdeM, cuestión que fuimos solucionando hacia el término del año.

Desde lo político seguimos apoyando las reivindicaciones generales, particularmente la derogación del “impuesto al trabajo” y el aumento de salarios a los jubilados. Y nos preocupa profundamente el nivel de trabajadores no registrados: los músicos estamos en ese segmento, pero cuando empieza a haber problemas generales de pérdida de fuentes de trabajo este reclamo desaparece de todas las agendas políticas: es como si tener un trabajo precario fuera menos malo que no tenerlo… Nosotros seguimos trabajando en ese sentido con el ministerio de Trabajo a nivel tanto nacional como provincial.

A partir de la unificación de las CGTs, perdimos una participación más activa en esa organización. Nos tocó dejar nuestro lugar en el Consejo Directivo de la CGT Azopardo, y como no estuvimos de acuerdo respecto de la forma en que se organizó la unidad -especialmente en que la encabece un triunvirato, y la escasa representación de los sindicatos más chicos-, aunque no nos fuimos de la CGT, no estamos participando de las decisiones y debates que se dan en ese ámbito.

Pondremos nuestro esfuerzo en mejorar el control de los convenios para que no perdamos fuentes de trabajo.Y procuraremos que la unidad sindical con los demás trabajadores de cada actividad nos dé la posibilidad de reunir las fuerzas necesarias para que nuestros salarios no sigan perdiendo poder adquisitivo.